domingo, 28 de abril de 2024

LA MARCHANTICA

  

Foto para ilustrar bajada de la Web


          LA MARCHANTICA


                 Oscar Carrasquel


Que se haría? 

Parece volver otra vez

aquella camionetica heladera

con su carga de merienda

 sonido por un pianito

que sale por unos altavoces.


Más  nunca en La Villa

se ha visto llegar la Marchantica 

presumiendo su naufragio

 

La Marchantica era tripulada

por un anónimo personaje 

que llevaba gorro y bata blanca    

muy parecido a un enfermero

 

Era esperada por  alumnos y maestros

en la puerta de la Aristides Rojas

oyendo espléndidamente

aquel incesante concierto

 

Enseguida el chofer-heladero

paraba la cava frente a la escuela.

Y cuando era la hora de salida 

atrás abría una humeante portachuela

 

Al fondo en una fila se veían 

los helados de paleta.

Tinitas, y conos de todos los sabores

ocultos entre cubetas de hielo seco 

Había uno que era un tesoro, 

envuelto en papel encerado.


La calle empezaba a llenarse

de niños y adultos

llegaban mordiéndose los labios

El repartidor comenzaba

la ansiada búsqueda del helado favorito


Cargaba pastelados, 

otros eran morochos,

el sifrino bom-bom de chocolate

y otro llamado bati-bati

y las barquillas rociadas de maní 

con una metra-chicle al fondo


Los del precinto “EFE”

eran los más amados

Apenas un real (0.50) bastaba

para sofocar la fiebre

 

Hoy se encoge el corazón

nos arropa  la nostalgia

Cuando por una cremosa tetica

para alegrar la cara linda de un niño 

debe invertir el valor de la cava.

 

                             Oscar Carrasquel.  La Villa de San Luís, Tricentenaria

 

 

UNA TARDE CON HÉCTOR LOMBANO "CASUNGA"

 

       Héctor Lombano "Casunga". Foto archivo O C, arreglada por el laboratorio de Ramón Alfredo Corniel


 Por Oscar Carrasquel

 

Cuando llegamos estaba dándole cachetadas a un tambor. Con una gorrita deportiva que le quedó de cuando jugaba pelota sabanera, y andaba para todos lados pedaleando una bicicleta de reparto Siempre a nuestro amigo moviéndose por los predios del barrio La Represa y la calle Páez. Desde que dio sus primeros pasos vive en el Paredón de la Represa  en una callecita ciega como una encrucijada. Héctor Lombano es su nombre bautismal, mejor conocido en la comarca con el mote de CASUNGA. Llegó al mundo  en Villa de Cura, municipio Zamora, Estado Aragua un 18 de septiembre de 1940. La madre fue una abnegada matrona llamada Teodora Lombano, y su padre don Antonio Bolívar. Se crió al lado de la madre venciendo penurias. 

Desde temprana edad salió por su propia cuenta del nidal, desempeñó  cualquier tipo de trabajo honrado. Su nombre aparece también  en el deporte y en la actividad musical, además locutor de radio emisora. Está al tanto de todo lo que ha sucedido en este pueblo porque desde que era un niño,  ha recorrido sus  ámbitos de confín a confín.  Conversamos largamente debajo del follaje de un inmenso árbol  de samán. Todo aquel que entre por esa puerta  se va a encontrar con un loro real, sin jaula, calladito, pero ese día cantó, se reía, y  se le oyó repetir unas cuantas palabrotas.

Su primera tarea siendo un muchacho flaquito fue la de guiar  como un lazarillo a un anciano privado de la visión llamado don Antonio Pantoja, quien a mitad del siglo xx  andaba en La Villa tocando de puerta en puerta, solicitando “una limosna por el favor de Dios”. Lombano no tiene empacho en reconocer que, ayudando a este señor invidente fue como se ganó sus primeros centavos, y  entregaba el sencillo íntegro a su mamá para ayudar a los gastos de la casa.

Toda su vida ha sido trabajar.  Desde pequeño, su progenitora por necesidad económica  le inculcó y le dejó como herencia el amor por el trabajo.  En la vida  ha sido limpiabotas, pregonero, heladero, cargador de maletas, vendedor de empanadas y granjería hecha por la señora Josefa Pineda; unas veces fue vendedor de leche fresca de ordeño a domicilio, vendedor de cachapas de maíz tierno,  hallacas decembrinas, repartidor de arepas de budare y peladas por encargo, que hacía su amada madre para la venta. Todo esto lo hizo en la etapa inicial de su vida. 

Ahora le ha tocado hacer de pulpero, abrió y organizó en La Represa  una bodeguita que lleva el nombre de "LA PARADA, En aquella oportunidad de la visita expendía chucherías, golosinas, atún y sardina enlatada, guarapo fuerte y la rubia bien fría. La gente de La Represa,  El Toquito y los que iban y venían de Santa Rosa se detienen  porque atrás tiene cancha para el juego de bolas criollas y mesa para dominó.

El muchacho probó lo que era batallar de verdad, cuando a pesar de ser menor de edad le tocó trabajar en faenas de agricultura, el salario   entonces era treinta bolívares semanales que le pagaban en la  hacienda Montero, laborando en la siembra, cosecha y riego de abono para las plantaciones de tabaco, caña de azúcar y algodón.

Ya pasaron raudos los años de brega, más suave lleva ahora la vida este caballero que ya ha superado los 83 cumplidos. Visita de vez en cuando a la casa de un amigo; dos de sus hijas le acompañan, protegen y le alegran el espíritu. Tumbado casi todo el día en un viejo catre o en un chinchorro, en un rancho al lado de la vivienda ampliada. Muchos años vivió allí con su tío, el agricultor  Rafael Alvarado. Conocimos a don Rafael, este viejito simpático y amable. Trabajador del campo pero visitaba la ciudad. Muy gustoso de lisonjear a las faldas a pesar de alcanzar los 90. "a mi me dejarán de gustar las mujeres cuando muera". Así era su consigna.

Héctor Lombano no fuma,  no bebe licor, sencillo, humilde, le gustan las hembras, pero también se hace respetar allá en su terreno. Se trata de un hombre serio, casero, que sabe patronear un hogar, sabe cómo tratar y distinguir de acuerdo con la persona. Casunga aprendió a querer y dejarse querer, por ello es un buen cultivador de la más noble amistad, se jacta de tener buenos amigos de toda la vida, y comienza nombrando a don Miguel Alayón, Félix Nieves, José A. Pulido y otros, algunos ya se fueron de la vida terrenal. Quien mucho lo conoce  sabe que a este hombre le sobra la entereza.

En otra época en Venezuela se podía ser bondadoso y caritativo, muy útil a los niños y las personas mayores necesitadas. En cualquier lugar que se programara la realización de una vendimia, o cualquier otra iniciativa destinada a servir con amor al prójimo;  para animar una actividad benéfica o deportiva, allí estaba él; dispuesto a colaborar con su animación, poniendo a la orden las cornetas y elementos de perifonear que transportaba sobre la canasta de una bicicleta de reparto.

 Siempre se ha caracterizado por su amor al micrófono, moderador de programas en emisoras de radio. Fue así como ha logrado cubrir espacios sirviendo a la comunidad y cooperando con la cultura en algunas de las emisoras FM instaladas en Villa de Cura, fue locutor en Radio Impacto, Radio Zamoranos y  Radio Kristal.

Recuerdo que  ejerció como narrador de los juegos de béisbol en el estadio Ramón María Acosta, aprovechando los conocimientos que tiene  de este deporte. Acompañó en la trasmisión de los juegos a los narradores y comentaristas de la talla de Pedro Ezequiel González, Eleazar Rodríguez, el Niche González y Antonio Arias. No en balde fue jugador de pelota sabanera, por esa razón es conocedor de todos los detalles y secretos de este deporte. Quien escribe lo conoce bien, fue una especie de Acuña Junior, custodiando los jardines, bateando y corriendo las bases.

Lo demás fue narrar en las canchas de los botiquines las incidencias d elos campeonatos de bolas criollas junto con Pedro Ezequiel Gonzàlez. En broma don Pedro lo presentaba como “Casunguito”, trabajaron en las transmisión de los eventos en la cancha del bar El Samán,  y en el bar de Pablo Montevideo.

Vive felizmente en la compañía de sus dos hijas ya casadas, ellas se llaman Milagros y Lilian, generosas y atentas. Ambas saben lo que es preparar un delicioso mondongo y servir un café y una taza de fororo. En esta ocasión nos sirvieron comida como si estuviésemos sentados en un restaurant. También le  acompañan sus yernos y adoradas nietas.

Muchas veces monta los aparatos de trasmisión en el techo de su casa, para animar algún evento que es escuchado en todo el barrio La Represa y sus alrededores. Los altoparlantes los sube sobre el tejado cualquier día especial para divertir a los habitantes del barrio y los rededores, tal  como el “Día de la Madre”, “Día del Padre” o “Día del Niño”, la Navidad y promoviendo el coleo en fiestas patronales. Realiza entrevistas a la gente que camina por la calle.

Algunos Gerentes del municipio Zamora han reconocido y valorado sus ejecutorias de cultor y músico popular, ha sido galardonado por el Concejo Municipal con la “Orden Ciudad de Villa de Cura”, además de varias condecoraciones, medallas y diplomas de entidades oficiales, organizaciones deportivas y privadas, los cuales conserva pegados en una cartelera, y recortes de periódicos y revistas en un mural.

Casunga es también cultor del humor, está lleno de un montón de anécdotas, venimos a contar una de ellas. Se trata de la vez que la señorita Josefita Pineda lo mandó para la calle a vender unas empanadas, y de regreso se distrajo jugando metras con otros muchachos; esto le causó un disgustó a la niña, quien terminaba de sacrificar un marrano  sobre un mesón; la señorita Josefita le dio su reprimenda al muchacho:

 --Mira carricito, así como le hice a este marrano te voy hacer, cuando te mande a hacer un mandado y te pongas a jugar en la calle”.

 El mismo día, Casunga alistó sus coroticos, corrió a su casa y fueron inútiles los llamados  de Josefita para que regresara a trabajar con ella.

 Lombano es cantador de aguinaldos, se mueve facilito como pez en el agua con todo lo que tiene que ver con el canto y los instrumentos de parrandas. Fue fundador de la famosa parranda navideña "La Flor de la Represa”. De repente lo podemos ver tocando el  tambor o el chimeco, o haciendo coro acompañando a “Los Turupiales de Aragua”. A veces con el conjunto gaitero “Alcides y su Parranda”, y también con “Los Jomarcas”, para animar una parranda las horas que sea necesario.

Durante más de tres décadas  se dedicó a impulsar y coordinar por cuenta propia, los concursos de parrandas navideñas en la plaza Miranda de Villa de Cura. Fue también cantador de décimas en los recordados velorios de la Cruz de Mayo, en casa de Alejandra Castillo, en la antigua calle Guárico.

La sangre artística y musical se sigue expandiendo, ya está brotando la cosecha, tiene una nieta que apunta como un verdadero prodigio del canto y tocando guitarra, y la otra nieta  asoma como modelo de las tablas y la danza, ya conquistando importantes espacios en este arte. 

De Casunga se puede decir que es católico creyente y practicante,  por eso es fácil distinguirlo en la Gruta siguiendo la procesión del Santo Sepulcro y la Peregrinación, siempre está en contacto con el Padre Salvador Rodrigo y  con las hermanas Catequistas de la Virgen de Lourdes; de allí seguramente surge su espíritu de solidaridad y sabiduría,  con  el corazón lleno de fe cristiana.

 Lombano es un hombre de palabra contundente, no se deja dominar fácilmente. Me cuenta inmediatamente que hace años vivió una unión de pareja, pero surgió un inconveniente, porque la señora profesaba una creencia religiosa distinta, 

Por ese motivo terminaron. Y allí siguen ocupando su lugar en un santuario las imágenes del  Corazón de Jesús, la Virgen  de Lourdes, San Luis Rey  y otros santos que le acompañan.

Sostener una larga conversa con el amigo Casunga no cansa, es como hacer una excursión a la montaña y regresar,  solo se necesita dejarse llevar por su narrativa con atención.

En aquella tarde de brisa fresca cuando empezaba a oscurecer, tomamos otro café negro, al fin  detuvimos la conversa, y nos retiramos a las seis en punto a tomar el autobús; queremos dar a conocer muchos episodios de su vida  pintar sus ilusiones, alegrías y su nostalgia.

         Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis / Tricentenaria 

 

martes, 23 de abril de 2024

HOMENAJEADOS EL DÍA DEL LIBRO Y EL IDIOMA

 

Atendiendo una gentil invitación logramos esta gráfica rodeado de los muchachos cursantes de bachillerato.


Por Oscar Carrasquel

Maravillosa mañana de mucho esplendor pasamos este martes 23 de abril del 2024 declarado por la Unesco como Día del Libro y del Idioma, en el marco de la celebración del 1er Encuentro de Escritores Villacuranos. Muy importante el avance de la cultura pero también una novedad para quien escribe.  La verdad que no me esperaba este momento rodeado de tantos muchachos que  reciben  enseñanzas en la UEPC JOSEFINA ROJAS LOVERA  de Villa de Cura; desde los infantes que están aprendiendo a leer, hasta los que están finalizando los estudios de bachillerato, tanto hembras como varones, que nos dieron la bienvenida y nos recibieron con vítores y aplausos. Y como si fuesen nuestros ahijados, seleccionaron también el nombre de este servidor  para rendirle un cálido y honroso reconocimiento.

Además la alegría me llegó hasta  al corazón por el acompañamiento en el presidium de los otros que fueron agasajados, de Rosana Hernández Pasquier una de las figuras de la poesía venezolana; la escritora profesora Carmen Muñoz de González; el poeta José Argenis Díaz; don  Inocencio Adames Chencho, descollante en la escritura y en la edición de libros y autores reconocidos.

En el evento realizado  hoy,  nos fue entregado por  la directiva de la institución y alumnos   un bello diploma de reconocimiento, acompañado de unos piropos, más un documento que contiene toda  nuestra ejecutoria en la crónica escrita, elaborado por los alumnos de bachillerato del plantel. Pero más allá de todo eso debo agradecer las atenciones y recibimiento del personal directivo, administrativo, docentes y trabajadores, las muestras de amabilidad y cariño que nos dispensaron a los cinco homenajeados esta clara mañana villacirana.  

Así  como si fuese una gran familia fue la convocatoria de hoy, lo constituyó también la intervención de directivos, profesores, alumnos; las disertación de la profesoras Sorangel Vina y Soraya Martínez de Vina; de Rosana Hernández, Carmencita Muñoz y de José Argenis Díaz;  palabras que van desde el agradecimiento, dirigidas a orientar, aconsejar y educar,  convencidos del intelecto de estos niños y jóvenes augurando el éxito que los espera en el futuro. Así lo dieron a conocer en su intervención  cada uno al cerrar el acto. Todos los alumnos que intervinieron lo hicieron muy bien,  Entre los niños que irrumpieron con su palabra en el escenario, un bisnieto de nuestro siempre recordado amigo el poeta J. M. Morgado. 

Los años que vendrán estarán signados por el mismo trabajo a favor de las letras, según lo manifestado por directivos, docentes y administradores de esta prestigiosa institución JOSEFINA ROJAS LOVERA de Villa de Cura. Muchisimas gracias.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 23 de abril 2024

 

sábado, 20 de abril de 2024

MICROBIOGRAFÏA DEL POETA PABLO CABRERA

 

   

                                Foto archivo O. C arreglos laboratorio Alfredo Corniel.


        
                                               
Por Oscar Carrasquel

 

Sin el rumbo variar, con la alegría de vivir,  la vida me trae por las ganas de estar ante tu presencia en esta ocasión especial de tu vida. Un 17 de agosto de 1940 llegaste al mundo en esta Villa de San Luis de Cura, cuando los partos los atendía la comadrona.

El honroso homenaje del cual eres objeto, me abrió el camino para escribirte estas cortas líneas.  Un día de estos te vi pasar, taciturno, pero bien de cuerpo y alma. Andabas por una esquina  de la plaza Bolívar de la ciudad, encaminado hacia la sombra de una mata de merecure donde canta la chicharra y el cristofué.

Y me pareció volver atrás  la mirada, a recordar cómo era nuestro  pueblo, con su hermosa Alameda, y cerca, la verde Sabana, con una brisa generosa al anochecer. Villa apacible, primorosa y acogedora que se hizo vieja y desapareció. 

Desde muchacho andas metido en la poesía. Si el tiempo hablara y lo pudiésemos regresar. Estábamos los dos muy chicos, con el corazón pequeño, cuando el domingo temprano pasabas al cuidado de doña Juana, madre trabajadora a tiempo completo, radicados en el populoso barrio de Las Tablitas. Entre tanto, las campanas repicaban alegres en la Iglesia San Luís Rey.

Yo recuerdo que tu primera pasantía en la edad de la adolescencia es la tipografía JM, un rinconcito de la poesía, el periodismo y las artes gráficas. Tu otro inspirador fue el poeta Aquiles Nazoa que leyó algunos de tus poemas y eso te llenó de alegría. Entonces vuelcas tus sentimientos de amor mostrando interés por el soneto. En la crónica te fundes con dulzura  en el paisaje de la ciudad  y la semblanza de destacadas figuras de la urbe. Colaboras en periódicos y revistas. Tu pluma escribe los más diversos  géneros de la poesía. Escribes letras de canciones, cantadas por artistas que participaron en festivales. Tu poesía la vive el público en tu propia voz por haberla recitado mil veces.

Graduado de bachiller, te recibes de licenciado en cultura en la Universidad Simón Rodríguez, guiado por excelentes maestros. Le das nombre a una  sociedad, de vida artística y literaria  en Villa de Cura llamada CAUZA PC, una ramificación  de SACVEN donde alza vuelo el arpa, el cuatro y las maracas.  Queda pendiente por editar, para que lo sepan, el próximo libro  con todas sus crónicas y poesía, con un resumen curricular de su vida.

Ya eras poeta en toda plenitud, cuando te tocó vivir unos cuantos años en Caracas. Allí conociste, te hiciste novio, y casaste con Emilia, rodeada de naturaleza, nativa  de Galipán, en las faldas del primoroso Ávila. A ella le dedicaste tu primer poemario titulado “El Canto del Ruiseñor”. La firma autógrafa del tenor Alfredo Sadel la plasmó en la carátula de un Long Play con sus canciones; he leído una amplia dedicatoria del artista para Emilia y Pablo.

Cómo olvidar amigo la afinidad que nos une, si plasmaste con sensibilidad única aquel poema titulado  "Una Balada para Isabelita", que estamos conservando en casa, sus hijos y nietos como una reliquia.

Buen padre, buen hijo. Nos hicimos amigos desde los ocho años. Ya hoy somos abuelos y bisabuelos Nos sentimos vivos con la llegada de nuevos descendientes, que nos brindan horas compartidas de amor, ternura y felicidad. 
Este bardo hoy en día camina despacio. A todos se nos disminuye el desplazamiento, cuando la tarde de la vida llega inexorable. La piel se arruga, se obscurece, por los ardientes soles de verano, pero la poesía sigue palpitando en la mente y el corazón. 

En las tardes pobladas de soledad, tus pisadas se mueven como  las aspas  de un viejo molino de brisa leve, allá en tu casa solariega, en el sector Los Colorados, feliz con el devenir de los años. 

Pablo Cabrera...viejo amigo en el aprecio y el afecto, con tantos años compartidos. .Justo es decirlo una y muchas veces: Larga vida te regale el cielo poeta. Recibe un abrazo cordial.

       Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 26 de abril 2024



 

miércoles, 17 de abril de 2024

LO QUE FALTA SABER DEL "PUENTE LA LOCA" A LA ENTRADA DE VILLA DE CURA



 

Foto de lo que se llamó El Puente La Loca.

 Por Oscar Carrasquel

 

Nuestro querido pueblo también tiene su historia menuda, que algunos no recuerdan o conocen, entre ellos sus sitios emblemáticos. Existió y existe en La Villa un paraje icónico conocido como  "Puente La Loca".  Llegó el progreso a construir la ancha Avenida Paradisi, llegó la compañía que suministra la luz eléctrica y  acabaron con la leyenda. De manera que el suceso en comento tiene más de medio siglo, pero es importante que la conozcan las futuras generaciones.

Se trata de una pequeña encrucijada que da paso a la calle que conduce al estadio Ramón María Acosta y al hospital doctor José Rangel. Resulta que en plena avenida debajo del puente, entre las paredes de cemento,  se apostaba una mujer de vida enigmática en medio de la más absoluta pobreza, con un destino duro. 

Se cree que estuvo radicada en alguno de los cinco barrios que existían en la ciudad y quiso refugiarse en el silencio de aquel paraje. Otros afirman que  había sido dada de alta de un hospital psiquiátrico. Tenía una apariencia callada de mendicidad, descalza siempre andaba con una vestimenta relativamente  limpia. A la humilde  mujer los vecinos especialmente los muchachos comenzaron a apodarla  “La Loca”. El nombre y el apellido verdadero nunca lo revelaron.  

La pobre con Dios y su ayuda hacía milagros para conseguir la comida con familias y dádivas de transeúntes. En el mismo sitio, cocinaba, lavaba los calembes o ropa y sus utensilios de cocina. Se  auxiliaba con una quebrada rumorosa de aguas residuales que corría por debajo del puente. En los mediodías calurosos flotaba en dichas aguas, se asoleaba a la orilla como si estuviese en la playa. El tiempo pasaba y la mujer permanecía allí sin meterse con ninguno.

En las tardes y noches caminaba por los alrededores y se sentaba en los estribos del puente, a disfrutar  las noches de luna  y cuidarse del tiempo que amenazaba lluvia, viendo  el paso de los automovilistas y saludaba a todo el que pasaba por el frente.

Según la crónica oral, por boca de algunas personas que la conocieron,  me enteré que murió por uno de esos accidentes de carretera sin mayores detalles. 

Eran tiempos que la gente creía en espantos y aparecidos, pasado un tiempo las personas supersticiosas pasaban a pie por allí con cautela. .Dicen las lenguas  que cuando se iba la luz eléctrica en el pueblo, una mujer de su misma característica física, cubierta de un pañolón blanco asustaba a los que por allí pasaban, salía en el puente a cualquiera hora de la noche. Lo cierto es que hoy en día no se habla mucho de eso. 

Se convirtió en una vía  de mucho tránsito donde se siente la frescura del viento, muy nombrado pues los autobuses y moto taxis tienen la costumbre de colocar en su ruta de viaje el “Puente La Loca”...Todavía hay gente que tiene que aportar una dirección de un negocio grande de ferretería o de un edificio residencial que funciona al lado norte de la Paradisi, indican: “al lado del puente La Loca”.

 Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, Tricentenaria 

Fotógrafo Ramón Alfredo Corniel.    

 

 

 

jueves, 11 de abril de 2024

JUANA CASTILLO DE OLIVEROS UN MUNDO DE PIÑATAS Y ARREGLOS FLORALES :

 


Doña Juana Castillo de Oliveros.



                                                            Por Oscar Carrasquel


Bueno es recordar el tiempo ido y rememorar aquella Villa de Cura que era un pueblo más pequeño, pero sobretodo recordar a aquellas personas que hasta el final le dieron nombramiento a la tierra que los vio nacer. Hay muchas cosas que contar sobre la historia de la artesanía en Villa de Cura, basta  tender la mirada por la periferia de la ciudad para darse cuenta de la infinidad de personas que desempeñaron su arte, realizaron alguna actividad en beneficio del interés colectivo y aprovecharon su trabajo para ganar algún dinerito, que les servía para  el sustento, y ayudaron  a levantar a  una familia.
Quien tenga interés y la delicadeza de buscar esos momentos vividos, puede preguntar en  la calle Guárico, como quien sube para el sector La Represa, sobre el historial y característica humana de doña Juana Castillo de Oliveros. Ya ella no está, falleció en 2012 cuando contaba  98 años de edad. En esta casa están sus reminiscencias, viven sus descendientes...Un día decidimos acercarnos  para conocer y divulgar algunas de sus vivencias. Había nacido Juana Castillo en Villa de Cura en 1914.


Cómo olvidar que doña Juanita, como era conocida en el sector, fue una referencia de mujer trabajadora, de esas mujeres de temple, llena de fe y esperanza. La gente que deseaba conocer y adquirir su artesanía le bastaba con transitar la calle Guárico (hoy Rafael Bolívar Coronado), en una casa de tejas en todo el frente a la Escuela Simón Rodríguez, seguro la persona se iba a topar con una de las artesanas  hacedora de piñatas que profundizó más en el arte. En la sala-recibo y una habitación siempre había un pequeño inventario de piñatas.
Su labor consistía en elaborar piñatas para cumpleaños y fiestas infantiles, las hacía con la  versión fidedigna de Dumbo, Pluto, Mickey, y otras estampas (imitación de personajes del legendario dibujante Walt Disney), también figuras de muñecos, camiones, aeroplanos y helicópteros que parecían de verdad; así como imitación de latas y envases de refrescos, cerveza y otras características. Confeccionaba arreglos florales y  buqué de novias, fabricaba papagayos, barriletes y cometas; aprendió a confeccionar trajes y máscaras de disfraces para comparsas de carnaval con sus atractivos colores y diseños. 
Sus arreglos florales recorrieron fiestas patronales de pueblos y ferias en ciudades , sirvieron para decorar salones de reuniones, bodas, bautizos, cumpleaños, así como la confección de detalles para celebraciones del "día de la madre" y "día del padre". Eso sin contar que tuvo la dicha  de colocar para la venta sus diseños de piñatas y arreglos  en tiendas y comercios de Villa de Cura, pero también las fabricaba por encargo en el tamaño y  diseño que escogiera el cliente,  para ello tenía un muestrario siempre abierto en el extremo de un mesón para comodidad de la escogencia, algunos clientes  confiaban en su capacidad creadora, relegaban el diseño a su libre elección.
Doña Juanita fue una mujer emprendedora, productiva, trabajaba en su propia casa. En una pieza acondicionada tenía su taller, debajo de un tinglado de planchones de zinc. En esos menesteres anduvo desde muy joven  cuando el papel moneda tenía gran fortaleza y poder adquisitivo. Esta dulce mujer se caracterizaba y esforzaba en atender bien a su clientela, muy a pesar de que los costos subían cada cierto tiempo.  
Muy importante fue el comportamiento solidario de doña Juanita Castillo de Oliveros en el sector en donde luchó toda su existencia, pero quizá lo más importante fue su amor por la familia, el  cariño y respeto que recibió siempre por parte de la colectividad villacurana. Madrina de muchos niños de la barriada y de otros sectores en La Villa. Personas que la conocieron muy bien testimonian su recíproca estima.  Se supo ganar la estimación de todos los villacuranos y  forasteros, por tanto aporte, esfuerzo y dedicación al trabajo que puso en práctica hasta que Dios puso límite a su existencia.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, Tricentenaria
fotos del álbum familiar
Ilustración: Ramón Alfredo Corniel

lunes, 8 de abril de 2024

DON RAMÓN ANTONIO RODRÍGUEZ TELEGRAFISTA UN SERVIDOR PÚBLICO

 

 
Don Ramón Antonio Rodríguez. Foto álbum familiar 




Por Oscar Carrasquel



Por ahí a  mitad del siglo xx, cuando yo contaba 14 años, conocí a este apasionado ciudadano que dedicó casi toda su existencia a la trasmisión de mensajes telegráficos. Creo que la mayoría de nuestros coterráneos no tiene conocimiento de cual fue la vida de don Ramón Antonio Rodrìguez. La última vez, corriendo los años cincuenta, lo veíamos transitar solitario por las calles de La Villa con su rostro tostado por el tiempo, El rendimiento del tiempo lo llevó a la vejez. 

Fue un villacurano que vivió en varios pueblos de Venezuela y uno de los personajes hacedores de la historia del telégrafo en nuestro país. Una profesión digna de mucha utilidad para la humanidad entera, pues era el único medio de comunicación a distancia, tanto en tiempos de paz como de guerra. Don Ramón amaba su trabajo, pasó un poco más de 30 años ininterrumpidos dedicado a esa labor.

Había nacido Ramón Antonio Rodríguez en Villa de Cura hacia la última década del siglo XIX, hijo natural del Coronel Manuel Antonio Reyes, en la señora María de Jesùs Rodríguez, una apreciada mujer del pueblo.

Su largo periplo como telegrafista lo comienza en la ciudad de La Victoria, fue su primer maestro José Nicolás Quinto, el telegrafista de confianza del general  J.V. Gómez.. Luego pasó nombrado por el jefe de Circuito de Telecomunicaciones a la población de El Sombrero en el Estado Guàrico, De allí fue trasladado para Barbacoas. En 1924 fue enviado para la población de Guardatinajas; circunscripción de San Juan de Payara, estado Apure. 

Su última estación de trabajo, según me cuenta su hija fue en el hato La Rubiera, en ese tiempo el hato más famoso del Guárico propiedad del general J V Gòmez, con el cual el mandatario mantenía comunicación desde Maracay. Fue recomendado para este cargo de delicada y de extrema confianza por don Renato Gutiérrez, director de la Oficina de Telecomunicaciones de Venezuela en Caracas. En 1926 comenzó a trabajar en el telégrafo de La Rubiera, allí dura hasta que muere el General Gòmez en 1935, cuando entrega la oficina a su sucesor, ya habla superado el tiempo útil de servicio. Después de jubilado el destino lo regresó a Villa de Cura. 

Ramón Antonio  Rodríguez contrajo nupcias con la guariqueña Carmen Emilia Torrealba Anderson, nativa de El Sombrero, estado Guárico. Su prole no fue numerosa, nacieron una hembra y un varòn, Padre de Elba de Jesús Rodríguez Torrealba que nació en la bucólica población de Barbacoas, estado Aragua en 1923.  Reside en la actualidad en una casa de airoso patio y amplios corredores al final de la calle Carabaño Sur de Villa de Cura, madre de la conocida maestra  Milagro de Jesùs Rodrìguez, de dilatada carrera docente en Villa de Cura. El hermano se llamaba Virgilio Ramòn Rodriguez Torrealba, nacido en 1924 en la población de Guardatinajas. Muy joven se fue a la capital de la República, se graduó de abogado en la UCV, ejerció la profesión en Caracas ciudad donde murió..La familia católica se prolonga en ramificaciones, 

En 1939 fallece su esposa Carmen Emilia Torrealba de Rodriguez en la poblaciòn de San Juan de Payara, estado Apure; no solo lloro la ausencia de su esposa, sino que sufrió posteriormente los surcos que dejó en su vida la desaparición de su compañera de vida.

Como es de recordar doña Elba de Jesús Rodríguez Torrealba, fue trabajadora muchos años de la oficina de Correos de Villa de Cura, del que eran sus patronos el barinès don Salustiano Yusti Prieto y doña Berta de Yusti,.y posteriormente trabajó en la oficina comercial "Villa Gas"  una empresa distribuidora de gas, en La Villa.. Doña Elba ya cuenta con 96 años años de edad, está fuerte todavía y le acompaña ahora su hija Milagro, en medio de su soledad y tristeza, ya no le quedan lagrimas que verter..  

Don Ramòn Rodríguez fue un hombre alto, flaco,  desgarbado, disparatado al andar; podía uno reconocerle desde lejos, ya que solía salir a la calle en flux de casimir y  corbata  unicolor, usaba fino sombrero  marca "Panizza". En la ancianidad lo vìmos con sus  divagaciones caminando por las aceras con el  "Tica.. Tica.. Tica .. Rián"  que salia de lo  más profundo de su alma. Pasaba siempre frente a la casa de mi madre en la calle  Urdaneta en los días que iba de visita la casa de don Dionisio Infante y su esposa Carlina. Se conocía a leguas cuando pasaba porque se escuchaba brotar de sus labios el repicar de aquella combinación de señales "Tica Tica Tica Rián". Mi mamá decía: 
--Es don Ramón el telegrafista

Don Ramón Antonio fue un hombre de familia humilde, de mucha inteligencia. Aprendió a manejar este sistema de trasmisión por medio de un alfabeto de sonidos y señales inventado por el Físico Samuel Morse. Dejó un ejemplo a los demás de constancia y disciplina, se cansó de recorrer países y conocer ciudades a través de comunicaciones de larga distancia, estudió mapas de todos las geografías con sus montañas y mares. Ademas, fue maestro de generaciones por su rol importante en la formación de otros telegrafistas en Venezuela. Como es por todos sabido, en 1985 con la implantación de las nuevas tecnologías se produce el final de la era de la telegrafía en Venezuela. El Día del Telegrafista se celebraba el 24 de mayo, por ser el primer día que Morse transmitió el primer mensaje telegráfico al mundo,

Don Ramón fue un telegrafista a tiempo completo  paso un poco más de tres décadas al servicio del "Telégrafo Federales de Venezuela" designado por el Ejecutivo Nacional,  con una extraordinaria hoja de servicios,  oyendo todo el santo día el repicar de este aparatito eléctrico. Queda clarísimo entonces que, de tanto utilizar ese dispositivo de comunicación  fue que le quedaron grabados esos sonidos en su memoria, Ya de edad mayor y retirado los repetía sin cesar por los lugares donde se desplazaba.

Una vez jubilado de su empleo, en los últimos años los villacuranos empezamos a sentir su sus pasos. Yo recuerdo de mi lejana juventud cuando oía de cerca en su voz el repicar de aquellas imborrables señales :"Tica...Tica.. Tica.. Rián..Tica..Tica..Tica..Rián,", como buscando recordar su trabajo, mientras se alejaba entre el silencio de la calle.

Pasaron los años y don Ramòn Rodríguez, una mañana andando por una de las calles, casi sordo, sufrió un ataque cerebro vascular, fue auxiliado por unos transeúntes que lo llevaron con premura al viejo hospital doctor Rangel, pero su recuperación no fue posible, fallece en 1967 a los 78 años de edad, fueron sepultados sus restos en el cementerio  de la calle Comercio.

Doña Elba, finalmente nos dice que fueron muchos los premios recibidos, botòn de oro, condecoraciones y diplomas por sus largos años de servicios a la comunicación telegráfica en Venezuela. Se le dio un merecido homenaje póstumo  de parte de la Junta Directiva de la "Sociedad Mutuo Auxilio del Telegrafista de Venezuela". En sus exequias vino una importante delegación de esa noble institución desde Caracas a rendirle tributo de reconocimiento. La Sociedad se hizo cargo de todos los gastos que ocasionaron los servicios funerarios. 
Ha sido muy grato y provechoso hablar con doña Elba Rodriguez, quien a pesar de su edad goza una lucidez sorprendente. Estuvo presente en la entrevista la profesora Milagro Almenar, quien  ese día se encontraba visitando  la familia, corría el año 2019.

Por mucho que batallemos no podemos evitar el avance del tiempo, hasta el final marcó una época atado al telégrafo,  en los años ochenta el servicio fue reemplazado por el Fax, Teletipo, y en la era moderna por el correo electrónico. Vivió el resto de su vida bajo la copa de los samanes que sacude la brisa en el sector El Zamuro. Merece que sigamos recordando su obra.  Que en paz descanse su alma. 

    Doña Elba Rodriguez, hija de don Ramón Rodriguez, dejó este mundo el 8 de julio 2021




Oscar Carrasquel. .La Villa de San Luìs, Tricentenaria
Montaje de imagenes  Ramón Alfredo Corniel

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domingo, 7 de abril de 2024

LUISA DEL VALLE

 



                 LUISA DEL VALLE

                         Oscar Carrasquel

Villa de Cura, estado Aragua


Tu eres escuela y paisaje a la vez.
Tengo en secreto tu retrato 
como una hoja seca 
marcando las páginas de un libro que me regalastes. 
Sagrada como una isla lejana,
Altiva como una palmera oriental,
parecida a una virgen en su camerino
Maestra de escuela con las alforjas llena de poesía.
De tus ancestros te brotó el arte de escribir
alzándote de la nada
Tus mirada como agua de mar
y cabellos rubios de entorchados encajes.
El mar Caribe oriental te llenó de éxtasis 
en cuyas aguas jugabas cuando muchacha.
El sitio en que nacistes empapó tu ímpetu bravío
para que defendieras los sueños sedientos de los desamparados.
Conociste tu comarca por haberla recorrido muchas veces en la adolescencia.
La espuma blanca y arenosa de las playas orientales
nunca se cansaron de acariciarte.
Un día de cielo plateado, perdiste aquel  altercado
 con la llegada de la muerte
Ojalá no te hayan enterrado en el camposanto del olvido.
 
O.C /2015



   

LOA A LA CERVEZA ESTA BEBIDA TIENE SU DÍA GRACIAS A SAN ARNULFO


 

San Arnulfo de Metz, australiano. foto bajada de la WEb


MUCHOS PASARON POR ALTO  EL DÍA DE LA CERVEZA


Por Oscar Carrasquel

 

Cada 18 de julio se celebra el Día de la Cerveza. Un alto prelado de la Iglesia llegó a decir que no debe ser entendido como día de la "Embriaguez", que naturalmente es una cosa muy distinta.. La verdad es que vamos a ser claros y sinceros, somos cuantiosos los que no dejamos de sentir un gusto especial por una cervecita bien fría,  en botella, lata o en sifón, especialmente cuando se esta viviendo unos calorones. Por esa razón nos disponemos a  pronunciar odas a esta simpática cumpleañera. Un genio de la filosofía decía que la cerveza fue inventada por un hombre sabio, pero otros estudios indican que la bebida fue  invento de una  mujer de la Edad Media, llamada  Hildegarda de Bingen, Alemana. 

Pasamos un tiempo curucuteando esta historia de antiquísima aparición en el mundo. Según estudios la historia se remonta hacia el año 580 d. C. en tiempos del Emperador Constantino El Grande.  Dicen que en Alemania se fabrica  una de las mejores cervezas. En Europa y América se corrió la especie  que el producto elaborado en Venezuela es una de las mejores del mundo. Un Maestro Cervecero es quien interviene en su preparación.

Existe otra versión según la cual  fue en Australia,  Oceanía,  donde  se elaboró  la mas exquisita  del universo. La cerveza es una bebida tan sana, provocativa y  única en todas partes, que la propia Iglesia romana no impidió que San Arnulfo de Metz sea su Santo patrono. Así que de acuerdo con esa premisa, tomarla con discreción no es una cosa pecaminosa. Según la enciclopedia católica el "Día de la Cerveza", para los  que no lo sabían o lo han olvidado, se celebra el 18 de julio de cada año, para beneplácito de los que pertenecemos al signo Leo.

En España se le  llama simplemente "cerveza" o "caña"; en Estados Unidos, "Beerd"; en Portugal, "cerveia" y en Venezuela, coloquialmente la llamamos "rubia", "negrita" o "morena", en diferentes maras para complacer cada gusto.

La historia que se relata reza lo siguiente;   Cuando muere el Obispo San Arnulfo  llevan su cuerpo a enterrarlo en la Iglesia, varios fieles agotados pararon en una taberna, pero al entrar comprobaron que solo quedaba un tarro de la bebida, así que tuvieron que compartirlo entre todos. Sorprendentemente el tarro nunca se terminó y la gente toda pudo satisfacer su sed. El milagro se le atribuye a San Arnulfo".

Parte de las plegarias del Obispo estaban dirigidas a impedir que la gente tomara agua contaminada, y en su su lugar bebiera cerveza de garrafón. Ese legado perdura entre los amantes de la popular bebida.

Me vino a la memoria que en la década del 40-50, en la Villa de San Luís, ver a una dama con un tarro de cerveza en la mano era señal de alarma, porque además no era cosa de mujeres. Así que mujeres que hayan cumpliedo la mayoría  de edad,  pueden degustarla cuando se lo pida el cuerpo. pero con moderación. En una recepción, en el club, en fiestas entre familia o en los toros coleados, también asociada a las fiestas de la calle Sucre y la calle Paez de la villa..

La crónica no pretende patrocinar marcas,  ni estimular el consumo de cerveza, la finalidad es  evocar un hecho que también es historia, exaltar una bebida que en una época no faltaba en una tertulia, en una partida de bolas criollas o juego de dominó, fortaleciendo la amistad entre los seres humanos. En época pasada dentro de la vieja nevera Phillip  siempre  había un fila de botellitas o perolas,  por humilde que uno fuera. A pesar de todo en la actualidad no se ha visto tan alejada  del paladar de los villacuranos.

 Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria

 

 

 

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