viernes, 28 de febrero de 2025

FALLECIÓ URBANO PADILLA DE UNA LISTA DE TALABARTEROS

 

                              Urbano Padilla foto tomada en la Talabartería Venezuela

                                                                                            

                                            Por Oscar Carrasquel


Nos llega la triste noticia de la muerte de nuestro inolvidable amigo Urbano Padilla. ¿Quién no conoció en el barrio a este señor con tantas luchas en su vida?.  Un viejo habitante de la barriada Las Tablitas, y con una rica experiencia como  artesano de la industria de la talabartería en Villa de Cura. Murió  el 15 de julio de 2024, sin que lo supiéramos..

Buen  padre de familia, buen amigo, conocedor de muchos camino . Casi toda su vida dedicada a la talabartería. Un humorista natural de rápida improvisación y de muchas ocurrencias. Tiene un repertorio de historias de su juventud, y las cuenta tan sabroso que uno no quiere cambiar la conversa.. Hombre modesto. Su trato siempre afectuoso, su alma y corazón abierto,  y una ancha sonrisa que dibuja su rostro, Se llenaba de regocijo desempolvando el pasado. De  cómo era  la vieja  Alameda en  su juventud, con sus casas de techos rojos, solariegas,  tarantines y bares, sus lupanares, donde se paseaba alegremente cuando era joven.

De don Urbano Padilla guardamos un cúmulo de buenos  recuerdos. Algunas veces nos  pasábamos horas hablando, mientras saboreábamos un cafecito negro, y en las largas conversas tan frecuentes en un banco en la plaza Bolívar.

En Villa de Cura nació un 05 de diciembre de 1947. La última vez que nos vimos fue en 2017, acababa de cumplir 70 años de edad, Su padre se llamó don  Manuel Isidoro Hernández y su madre doña María Padilla.

Bohemio y serenatero, nochernago; peleón a puño limpio para hacerse respetar en el barrio y su entorno. Su vida no fue del todo fácil. Nunca se le vio en otra cosa que  fajarse duro cada día, rompiéndose el espinazo,  en una talabartería para forjar una bella familia.

 Urbano en la década del setenta, fuera de la rutina, se iba para Caracas los fines de semana. Me contó que allá en la capital se dedicó su tiempo al boxeo.  En la capital  se dedicó junto con Luis Navas a servir como sparring  en el  Nuevo Circo de Caracas.  Se  fajó con peleadores reconocidos de la época; pudo cruzar guantes y conocer las habilidades  de púgiles como Luis Vallejo, Pedro Gómez, Cruz Marcano y el Toro Paiva. Por cada sesión se ganaba 20 bolívares que entonces  era suficiente. Alcanzaba para pagar alojamiento, comer y tomar. El público del Nuevo Circo de Caracas, una tarde le oyó interpretar el pasodoble "César Girón" por los micrófonos, fue  muy aplaudido.

Urbano me contó que  fue muy amigo de las serenatas, de interpretar canciones  acompañado de guitarra y amante de las canciones de Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas; Tenía una voz maravillosa para interpretar el pasodoble español.  Se cansó de echarse los tragos y cantar en el botiquín de Rafaelito Mogollón y su mujer, la simpática "gorda"  María Yusti. Acá en un recodo de nuestra siempre recordada  Alameda, una taguara que  ubicada en el cruce del callejón 2 con la calle Comercio.

Su vida de soltero y sin compromiso finaliza el año 1971, cuando conoce, se enamora y junta su vida   con doña Gladys Custodia Oliveros, de cuya unión nacieron solo dos retoños: Jairo Antonio Padilla Oliveros y Deyanira Padilla Oliveros. “Se me acabó la guachafita”, me dijo. Ya no podía rendir tributo al dios Baco. .Supe de su propia voz que a los 12 años de edad  tuvo su primer encuentro formal con un empleo, Se integra  al personal de la  Talabartería Venezuela de Villa de Cura,  del señor Reinaldo Silvera, allí comienza su vida de trabajo confeccionando correas,  rosetas, correaje, guruperas y cabezadas. "El Grupo Silvera fue como mi escuela primaria".. Lo  vio crecer, en  el arte de la talabartería y se hizo con el tiempo en un maestro del oficio. 

Urbano Padilla sabía lo que es una buena montura, un fuste y sus aperos; cómo no lo iba a saber, si desempeñó durante más de 50  años ese arte, y las hizo tipo llanera para trabajo de vaquería, para coleo; la chocontana americana y la mexicana.  Se especializó en    la fabricación del sillín para montar  caballos pura sangre de carrera, muy alabados sus trabajos por destacados jockey del Hipódromo La Rinconada y del Hipódromo de Valencia. los propios jinetes  viajaban a La Villa  a solicitarle sus encargos.

En su vida laboral fue muy importante tener de yunta a veteranos talabarteros;; en su propia voz mencionó a Reinaldo Silvera,   Enrique Pérez, Lucio Pérez, Jesús Pérez, Heriberto Parra, Tomás Anzola, Juan Flores y otros más, quienes fueron testigos de su dedicación y esfuerzo.

Villa de Cura es reconocida en toda Venezuela y otros países como Perú, Brasil y Colombia, la ciudad donde se fabrican las mejores sillas para trabajo y coleo..

El difunto Urbano Padilla, gozó del aprecio de la mayoría de los villacuranos que lo conocieron, y en lo personal,  amigo entrañable de quien esto escribe. Lamentamos profundamente su partida física. Llega a la crónica para que su modo de vivir, sus viejos sueños, ejecutorias y sus atributos personales no queden sepultados en el olvido. Nuestra palabra de pesar a sus hijos Dayanira y Jairo, nietos y demás familiares y amigos.

 Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, Tricentenaria

 

 

 


 

jueves, 27 de febrero de 2025

CRÓNICA PARA RECORDAR LOS 90 DE DON ENRIQUE PËREZ

 

Don Enrique Pérez. Foto colección Ramón Alfredo Corniel.


                                             Por Oscar Carrasquel

En aquella  Villa de Cura hermosa del siglo pasado, cabecera del Distrito Zamora nació y creció entrometido entre hombres  de trabajo este caballero que responde al nombre de ENRIQUE PÉREZ, quien hoy arriba a la edad de 90 años.   Por ese motivo  traemos su figura a esta página con el fin de recorrer sus caminos de niño, joven y adulto.

Pedro Enrique Pérez Villamizar es el nombre completo de nuestro personaje, nació el 03 de marzo de 1935, hijo de don José Pérez Agraz, dueño de carreta en la villa, que fue casado con doña Juana Villamizar de Pérez; de los  Villamizar del sector “Los Colorados”, todos de vida artística, músicos, baquianos del verso y cantadores del Joropo Central.

Su padre José Pérez Agraz  fue un hombre muy trabajador, paralelamente amante del joropo central. Numero uno organizando y montando bailes de joropo los fines de semana con el respaldo de los mejores arpistos y cantadores.  En la década del 50  se realizaban en su casa en la calle Comercio, cruce con el callejón número 3 de Las Tablitas, largas jornadas de joropo aragüeño. Tiempos de joroperas y joroperos, en cuya dirección murió en medio del salón de baile la mejor bailadora de joropo aragüeño,  la negra Juana Méndez.

Enrique, aprendió las primeras letras y la primaria completa en la Escuela  Arístides Rojas, cuando esta institución quedaba  en la calle Bolívar, enfrente del expendio de medicinas de don Félix Valderrama; todavía evoca con especial cariño a su maestra de segundo grado, la señorita Yolanda Montenegro, hija del Marqués Montenegro; igual  que   recordar al director del plantel que en ese tiempo era el bachiller Luis Aparicio Pérez.  

Desde temprana edad tuvo que trabajar para ayudar abastecer las necesidades del hogar. No supo de juegos infantiles, después de grande sintió afición por el popular juego de bolas criollas; los sábados y domingos concurría con los hermanos Bernabé y morocho Colmenares a las competencias  en  el patio del   bar El Samán en La Alameda.

La formación hogareña fue fundamental en su formación ciudadana, una persona de bien, trabajador, con espíritu de superación, humilde, honesto, de andar siempre con la frente en alto, la mejor herencia que pueda dejar a sus hijos y nietos.

Mozalbete, bisoño,  a la edad de 15 años se inició en el arte de confeccionar sillas de montar a caballo,  se supera trabajando con uno de los mejores talabarteros, el maestro José Reyes.  Tambien hizo su trabajo al lado de actores como Reinaldo Silvera, David Èxime, Alcides Álvarez, Carlos Flores, Cruz Parra, Jesús Pérez y Nieves Cabrera.  Empezó trazando y cortando sobre suela, fabricando cosas pequeñas, luego se desempeñó como todo un veterano,  movido por su tesón elaboró  sudaderos, gruperas, cinchas y cabezadas y otros aperos, hasta llegar a fabricar una silla villacurana  completa.

Enrique Pérez Villamizar casó con la villacurana Flor Muñoz, ya fallecida,  hija del barbero villacurano don Francisco Cabrera. De esa unión nacieron cinco hembras y un varon: Glenda Thais, Isbelia Josefina, Freddy, Arelys Margarita, María Teresa y Bergeny Coromoto, inteligente cada cual.  La mayoría ya  hizo maletas pero jamás olvidan el calor de la casa paterna;  muchas veces se reúnen hijos y nietos y llenan de alegría todos los espacios de la casa. 

Entre las mujeres conozco y destaco a la educadora Bergeny Coromoto Pérez, poeta, compositora y cantante, mejor conocida como "La poetisa Azabache", residente  de Santa Cruz de Aragua, sin olvidar a su terruño natal. Media Villa de Cura sabe que ella es prima del poeta Pablo Cabrera.

Veinticinco  años  ininterrumpidos se mantuvo Enrique Pérez frente a una banca de trabajo en la talabartería "Venezuela", fundada por don Juancho Cabrera, establecida  en la calle Comercio. Donde además fue supervisor, se ocupó  del  pedido de los clientes, de enviar despachos de sillas y artículos para diferentes destinos dentro del territorio nacional, en especial para Guárico y Apure, Lara, Margarita, Zulia y Oriente; aprendió de don Juancho las transacciones de compra-venta y a facturar.

En el  taller de don Juancho Cabrera se dedico a  elaborar  sillas  de diferentes tipos y modelos, la mexicana, chacotona, tejana y la silla especial para trabajo de llano, A la Talabartería “Venezuela” le llovían los clientes de todas partes. La Villa siempre fue nombrada como  plaza donde se confeccionan las mejores sillas para montar de toda Venezuela.

Luego se cambió a trabajar para una talabartería fundada por su hermano el maestro Lucio Pérez, junto con otro asociado. Hasta tener una montaña de años, en los dos se puede apreciar sus dotes en la industria.

Recuerdo que el año 2018 con 83 años de edad  sorprendimos a Enrique   metido en una pequeña habitación acondicionada como taller, se paseaba entre herramientas, suela, pegamentos, hilos, dándole calor al trabajo que sabe hacer, se las ingeniaba para cumplir  con los encargos. Es comprensible que trabajaba para buscar un dinero, porque  la situación se fue poniendo dura.

Dicen que la edad no importa. Enrique es de esos hombres de antes, renco y todo,  nada lo amilana, conserva intacto el gusto por la vida y el amor por su trabajo, no pensaba otra cosa que seguir en el oficio  "hasta donde Dios mande". 

Debe ser por herencia que desde pequeño viene haciendo poesía, muchas veces lo atropellan los sentimientos y se pone a escribir versos de .su inspiración, carga los versos a flor de labios. No se enreda recitando a pesar de los años Y comienza a desgranar las décimas que le escuchaba a sus parientes en Los Colorados.

Hoy día para andar se ayuda  con un bastoncillo. Además del peso de los años, hace  tiempo en 2017, sufrió una caída que lo mantuvo varios meses postrados en una cama, pero gracias a Dios  ya se encuentra recuperado y trata de olvidar el percance.

Agradecemos a Enrique,  por habernos abierto amablemente las puertas de su domicilio. A su casa se llega desde la calle Comercio, casi llegando al sector El Cementerio (Barrio Las Tablitas). 

Sin duda alguna, un personaje de la Villa de San Luis, demostrando  que el trabajo es lo que edifica y hace útil  al hombre. Dice él mismo “Sin trabajo no hay pueblo que salga adelante”. 

Aun con el peso de  90 años se mantiene activo.  Hace poco sentimos  sus  pasos con dirección a un Banco, sale con su bastón en la mano a cobrar los 130 bolívares de la pensión que le paga el Seguro Social.  Y se detiene a saludarnos. 

Disfruta tu cumpleaños amigo Enrique.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria




 

sábado, 22 de febrero de 2025

ODA A LOS BARES DE LA ALAMEDA

 

ODA A LOS BARES DE LA ALAMEDA


            Oscar Carrasquel


Vengo a cantar como un jilguero

A los viejos bares de La Alameda

Y al sin fin de caminantes

Que allí vivieron un mundo de frenesí 

 

Recuerdo al bar de don Pancho Espi

Con su voz sonoratemblorosa.

Siempre delicado de carácter

Sirviendo copa  tras copa

 

Entre las brumas del recuerdo

En  la  cuadra siguiente

El famoso bar "La Gavilana" 

Regentado por "Gavilán" 

Y más tarde por una meretriz

Apodada  "La Gavilana"

 

La Jacarandá flor que fue La Alameda

De prodigiosa diversión cada noche

Mujeres expertas en el oficio más viejo

Se arrecholaban en este paraíso 

 

Teódulo Aguilar, sonriente el catire,

A la izquierda de la barra

Experto con la guitarra en la mano 

Cantándole a las mujeres


La casa de bahareque y tejas

Y su confidente salón de baile 

Bajo la tenue luz de una lampara

Mientras un pianito de manivela

Molia música mabilera

 

Con la belleza de su encanto  

Pasaba por el frente la “Negra Inés”

Con su faldón de campana

Bañada en perfume de pachulí

.

Con la música llegaba la bohemia 

Para la barra de la cantina 

Era Testamar, el sombrerero apureño,

Dándole cepilladas a un sombrero.

Metido en un viaje de Santa Teresa

 

Se recibe la visita de mujeres

que brindan placer

Y Muchos don Juanes tomaban la ruta

Cruzando la puerta del  lupanar


Al fenecer las cantinas de La Alameda  
 

Al encuentro con las estrellas 

Las  ficheras se marcharon

Dejándonos en soledad

Pero  ellas, aun viven

En la sumisión de nuestro recuerdo.



                  

 

 

 

 

viernes, 21 de febrero de 2025

PERSONAJES POPULARES EL LOCO PEDRO


 

                             El loco Pedro, la foto no tiene crédito, pasó por el laboratorio de Ramón Alfredo Corniel



                                                      Por Oscar Carrasquel



La vida  del loco Pedro tal vez muchos no la conocen, o  no lo recuerdan; pertenece a la pequeña historia de este pueblo. Creo que no había razones para que le acuñaran  ese epíteto de loco. Pero así, con ese sobrenombre fue que se conoció en aquella Villa de Cura de la segunda mitad del siglo xx. Pedro Liébano era su nombre real, nacido en la Parroquia Las Mercedes..

Yo que lo conocí puedo decir que no deambulaba sin disciplina por la calle. Lo que sobrellevaba de nacimiento era un retardo mental y   trastorno del habla, podía mascullar algunas palabras; además padecía de estrabismo o desviación de la línea visual.

Su casa de toda la vida, cálida de amor y cariño maternal quedaba en la calle del “Ganado”, que  ahora es avenida Lisandro Hernández.  La casa estaba ubicada en medio de dos botiquines, el Bar "El Pino" de don Miguel Torres, y en la otra esquina el bar “Pan Pan” del trujillano, de Pampanito, don Tirso Tovar, frecuentados por parroquianos que allí se daban cita para las cervezas, tenían patio de bolas criollas y  mesas para jugar dominó.

Algunas personas parados en una esquina, fríamente lo seguían llamando loco,  “Ahí viene el loco de la ramita”, porque  andaba siempre con una rama elevada, la movía y la miraba con una risa fresca y sincera, simulando que dialogaba con ella. A veces la sostenía con las dos manos. El trozo de rama la obtenía cortándola de los arbustos de Retama de las empalizadas.

El "Loco Pedro" jamás perdió la frescura, su mundo de muchacho cariñoso que intentaba  hacer amistad con los muchachos que salían de la escuela Arístides Rojas, pero lo esquivaban.  Cuando Pedro asomaba por la calle Sucre,, enseguida dejaban el juego de metras vacío. A Pedro, poco le importaba, pues seguía tranquilo su camino batiendo su ramita..

Doña Santiaga, la madre de crianza,  vivía en una pobreza que desgarraba, sobrevivía la pobre del lavado y planchado de ropa ajena, y con ello reunía lo suficiente para que Pedro le hiciera los mandados a la bodega. Era frecuente verlo en el trayecto de la calle  Urdaneta; caminaba  hasta llegar a la bodega "Las Brisas" donde era atendido por el señor Lope Esaa, en la calle Sucre, que le quedaba más cerca, donde compraba provisiones con una lista que le entregaba .la madre.

El trabajo que en ocasiones le vimos realizar,  fue de comprar kerosén y leche de ordeño a don Benito Pérez, quien expendía estos productos montado sobre un Quitrín,  a cambio del mandado la gente le regalaba algunos centavos, que entregaba integras  a la madre. 

La mamá lo cuidaba mucho salía a la calle vestido con pantalones de dril a media pierna y  camisa marrón manga corta; ropa zurcida pero limpia y bien planchada, usaba alpargatas de calzado diario. Nunca supo de juegos callejeros y menos de escuela.

Pasado el tiempo le tocó caer en una profundo aflicción, cuando la muerte despiadada le arranca a la madre, agobiada por tantas enfermedades. Un gran golpe para él.

La ultima vez que  que lo vi, su inconfundibles sonrisa, ennegrecido por el sol, el pelo ensortijado, canoso, ya había perdido parte de la dentadura, sus pasos se hicieron cortos y lerdos.

Yo le perdí de vista, nunca más tuve noticias de él, ni cómo fue su despedida de este mundo. Una fuente me explicó que fue de muerte natural, tumbado en un catre fue encontrado el siguiente día.    

“El loco Pedro”, mote que tuvo toda su vida, fue un individuo apacible, sano, y muy amigable con todos. Me imagino que, un coro de ángeles lo recibieron en el cielo.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenario

 

 

 

 

viernes, 14 de febrero de 2025

ELIZABETH ROMERO SU PASIÓN POR LA LITERATURA, CULTURA Y EDUCACIÓN

 


                          Elizabeth  Romero. Foto archivo Villa Literaria Zamora
 

                                                   Por Oscar Carrasquel

 

Pues bien amables lectores, tienen ante sus ojos a  la figura de la profesora jubilada Elizabeth Romero, una de esas mujeres que ha hecho suya a esta tierra villacurana. Tengo la dicha de ser su amigo desde hace tiempo y por tanto le he abordado en conversaciones personales en eventos culturales.

Elizabeth Romero Vásquez es su nombre completo, nació el 31 de diciembre de 1956 en la población de Urama, municipio Juan José Mora, Estado Carabobo.  Cursó la educación primaria en la Escuela Rural Los Manguitos en Valencia y obtuvo Certificado de sexto grado en el Colegio Inmaculada Concepción en La Victoria, estado Aragua, la secundaria en el Liceo José Félix Rivas de la misma ciudad, donde le fue conferido el título de Bachiller en Humanidades. Cursó mecanografía en la Academia Comercial Los Casiques. Y la educación superior en el Colegio Universitario Monseñor de  Talavera en Caracas. Distrito Federal.

Además alcanzó las siguientes especialidades TSU  en Educación de niños Excepcionales y Trastornos Emocionales. En la UPEL de Maracay recibió el título de Profesor en Educación Especial y diplomada en Investigación;..Obtuvo titulo de Magister en Educación Desarrollo Universitario por la Universidad Rómulo Gallegos, núcleo San Juan de los Morros. Sucesivamente es diplomada como Cronista Comunitaria  por el Centro Nacional de Historia.

En cuanto a su desempeño laboral,  ha realizado su trabajo docente en el Instituto Educativo IEE en Maracay y Villa de Cura; Academia Comercial Los Caciques en La Victoria, estado Aragua; Colegio de  Orientación y Formación Integral La Victoria; Unidad Psicoeducativa  La Victoria; Centro de Formación Integral de Turmero; Ha sido Directora Docente y asesora de educación Psicoeducativa en la UPE Villa de Cura; y en la actualidad profesora y asesora de Educación Especial en la Misión Sucre. Aldea Ezequiel Zamora de Villa de Cura.

Poeta, narradora, cronista, sabe recitar con una voz autentica la poesía negroide o afrocaribeña.  Tiene como tendencia escribir y recitar este género de la literatura en cuentos y relatos. En el país han existido referentes de la poesía negroide como  Aquiles Nazoa y Balbino Blanco Sánchez . La poesía de ella es descriptiva, se extiende.

Les cuento que en alianza con el maestro y poeta villacurano José Argenis Díaz, de quien es amiga, han asistido como representantes de la cultura del municipio Zamora al Encuentro Latinoamericano de poetas La Victoria, donde son ampliamente conocidos. Los textos de Elizabeth han sido seleccionados y certificados por el Sistema Nacional de Imprenta..En una oportunidad fue galardonada, le entregó el reconocimiento el poeta  William Alberto Hernández.
Tiene un trabajo literario hasta los momentos  sin publicar, poesía, cuentos, narrativa. Las bibliotecas caseras necesitan libros, hoy día publicar una obra "cuesta un ojo de la cara". Voy a ser claro, en estos tiempos las empresas editoras tienen la "santa  maría" abajo..

La profesora y poeta Elizabeth Romero forma parte con otros amantes de las letras, en inspiradores y creadores de la institucion  Asociación Villa Literaria Zamora con sede en Villa de Cura estado Aragua.  Elizabeth tiene una  estrecha vinculación con el Taller  de Creación Literaria Higuaraya  Capanaparo, la cual fue nombrada Patrimonio Cultural. Tambien es Integrante de la Asociación de Amigos de Educación Especial de Ricaurte, estado Aragua, y de la Fundación del Niño Sordo de Zamora.
Posee el carnet 12577 de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, Sacven, en dónde es muy apreciada, y además socia del  Círculo de Autores de Zamora  Cauza PC, con asiento en el sector Carrizalito en Villa de Cura. .
Sus cuentos han sido publicados  en un libro editado por el Grupo Literario CEINFOLEIM de la ciudad de Valencia, estado Carabobo. En el citado grupo ha participado en concursos con autores noveles y profesionales de la literatura, nacionales y extranjeros.

En Villa de Cura ha participado en diversos talleres literarios. Ha cumplido presentaciones en espacios culturales como La Casa de la Cultura "Rafael Bolívar Coronado" y en el escenario de la Biblioteca Pública "Ezequiel Zamora" en donde son oídas sus recitaciones. Ha participado en espacios culturales en  la radio local.

Ella ha sostenido diálogos  con reconocidos escritores y poetas locales, y con  aquellos que vienen  de otras regiones del país. .Una parte de su trabajo literario  se encuentra publicada en las plataformas digitales. En Villa de Cura trabaja en la promoción cultural, reside en las últimas casas , antigua zona verde,  entre La Villa y San Juan dé los Morros.

Cómo definir tanta sencillez y  cariño  que habitan en el corazón de esta mujer que siempre está con el espíritu alegre. Una regla infalible es la tercera edad.  Como humanos tenemos estaciones, lo importante es tener la mente activa.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria

miércoles, 12 de febrero de 2025

EL TOSTÓN DE VALLENILLA




 

EL TOSTÓN  DE VALLENILLA

 

                   Oscar Carrasquel


Con una petaca full de tostón

Presa entre sus brazos

Sonando un pito de policía

Pasa por la calle Comercio

Don Luís Vallenilla

 

Sale  todos los tardes

desde  "Las Tablitas"

Desgranando este pregón

! LLEVO TOSTONES…TOSTONES

LIGHT ¡
 
Un montón de crujientes platanitos

Envueltos en papel celofán

El adobo dado 

Sal, pimienta y ajo 


Trajeado de chemise y bluyines

lo escruto  por el bar “El Samán” 

Y en el silencio de la tarde

Se oye su ensordecedor silbato

Deambulando por el centro


De regreso a casa

Lleno de optimismo y alegría

Se agotó la existencia de tostón

En la procesión del Santo.





martes, 11 de febrero de 2025

EL AMOLADOR

 

Foto archivo tomada por O.C.


     EL AMOLADOR


                 Oscar Carrasquel
 
De aquella época dorada

Sonando  una flauta

Llegaba el amolador

Al pueblo de la Villa

Era italiano o español  

     

Hachas, tijeras, navajas

Y cuchillos  de cocina 

Sucumbían al pasar

Por una rueda de amolar
.

Sentado en un taburete

Envuelto en una pechera 

Dándole vuelta y vuelta

Con una manilla

A una rueda de amolar.

Y una lluvia de luceros crujiendo

De la fragua salían sin parar


Prosigue su andar 

Mientras la flauta hace sonar

Como si fuera un tren  

Anunciando la llegada


Se iba con su vocería

Por toda la calle Real  

Y uno muchacho

Llegando de clases gritaba  

!El amolador!  !El amolador!.

 


"LA VILLA DE AYER Y HOY" LLEVADA A LA RADIO

  Dalia Rodriguez y Raúl Gerardi productores de este programa. Foto archivo "LA VILLA DE  AYER Y HOY" Dedico esta crónica a mi a...