jueves, 30 de diciembre de 2021

ADIÓS VIEJO AÑO TE LLEVASTE A MI CATIRA

  1.                                            ADIÓS VIEJO AÑO TE LLEVASTE A MI CATIRA


.Por Oscar Carrasquel

Lo más penoso para mi este año fue su partida..Para la mayoría de las personas adultas, la catira es una de las bebidas refrescantes más populares en Venezuela. Estadísticas serias indican que nuestro país, en una época pasada, marcó varias veces el primer lugar como la nación de mayor consumo per cápita de este lúpulo a base de cebada. 
Se ingiere para alegrar la cotidianidad en la Navidad y Año Nuevo, buena para sofocar el calor, sirve para acompañar una partida de dominó o una conversa, para oír  un pegajoso bolero y además recomendada por la medicina psiquiátrica para aliviar el estrés.
Se acostumbraba  en aquella década de los 50, cuando uno aprobaba la mayoría  de edad, hacer una reunión en casa con una comida especial .Para mí esa fue la primera vez. La micro historia aconteció acá en casa.  Se encontraba sentada alrededor de una mesa la presencia de la familia completa, mi papá, mi mamá, el tío, y los hermanos. Recuerdo aquella oportunidad como si fuese hoy que mi hermano el mayor me dijo con palabras magistrales, como si se tratase del dictamen de un Juez Superior:
--Flaco, ahora que eres mayor de edad, puedes beber cerveza…
Apenas ingerí la primera media jarra, los ojos me brillaron,  el corazón  se me puso acelerado, se me aparecieron de frente unas cuantas estrellitas, y se me puso el pabellón de las orejas coloradas. Finalmente atiné a decirle con toda franqueza a mi hermano, delante de los presentes:

                            --¡Manoo…yo no sabía que esta vaina era tan sabrosa!
A partir de entonces me enrolé, no en consuetudinario consumidor, pero sí me convertí en tomador ocasional de cerveza. Mientras leía, escribía o escuchaba buena música sostenía en mi mano derecha descansaba una "caraquita" bien fría. Inventaba reuniones sabatinas con mis amigos y juegos de dominó en el bar La Garita de don Carlos Almenar; también en   "La Cuevita" de Natalio Salas allá en nuestro barrio Las Tablitas, o en el botiquín de Pedro Pablo Muñoz en La Represa, 
De cuando en cuando me sentaba tranquilo en la barra de una tasca, me gustaba servida de un sifón en jarrones de cristal, aún cuando económicamente tenía que hacer un esfuerzo pero en ese tiempo era asequible. Me acuerdo que en la tasca "El Pilón" de la calle Bolívar, en aquella vieja Villa de Cura, mi pueblo amado, costaba un bolívar con cincuenta céntimos (1.50) cada jarra de la espumosa bebida bien helada.

Cierto día me tocó trabajar en un caserío remoto de la llanura barinense, un pueblito rural, donde todavía no había sido instalada el agua por acueducto. Un tío de carácter muy jovial me había advertido, que no tomara agua del río porque no venía en condiciones, mucho menos en cañadas. Cuando sientas mucha sed -me encargó- En vez de agua te tomas un tarro de cerveza bien fría. Seguí fielmente sus recomendaciones. Ya cuando regresé a La Villa mi hermano no podía llamarme  "flaco" pues comencé a engordar.
Más tarde, pude darme cuenta que no es problema tomar, de vez en cuando un encuentro con la espumosa.. Algunos me pueden tildar de bohemio, bebedor o parrandero, pero no; lo que pasa es que uno guarda muchos recuerdos de corte romántico.
 Hoy por hoy en pleno siglo XXI, transcurridos 60 años de aquella primera cerveza, me declararo  forzosamente en un frustrado cervecero, se volvió una ilusión, una pesadilla y  en una rabia poder disfrutar de una gavera de rubias.
Hay tardes en que el sol lanza sus rayos ardientes, atravieso la calle, paso frente a un bodegón, observo su precio en una negra enseguida volteo la cara y sigo derechito disimulando la rabia por dentro. De verdad añorando con nostalgia a la amada catira. Imprescindible sus sorbos de amor en mi boca en aquellos días alegres de Navidad y Año Nuevo. 
Les deseo a los me leen a nuestros prójimos todo lo bueno, lo mejor en el año nuevo.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 31 diciembre  2018




Direcciones de las imágenes:


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¿DÓNDE ANDARÁ DON DÄMASO TOLEDO...?

                                     

                                 Don Dámaso Toledo, foto archivo Editorial Miranda




                                                         Por Oscar Carrasquel

Don Dámaso Toledo fue un ser verdadero, un pedazo de pan como para nunca olvidar. Feliz Día del Músico maestro, donde quiera que te encuentres. Todo un personaje popular, músico de guitarra y juglar del pueblo, que cantó con verdadero amor y sentimiento. Le encantaba una serenata, divertirse a sus anchas a la luz de la luna y las estrellas Muchos,  seguramente lo recuerdan.
De ti amigo tenemos algunas cosas que contar.. Genial con una guitarra grande en las manos. La cuidaba, le daba caricias y  la tocaba muy bien, aunado a ello, tenía una fuerte y melodiosa voz para el canto. La vida con todos sus laberintos no le fue fácil.
 
Panadero laborioso desde su adolescencia su especialidad laboral. Le ponía empeño a su trabajo, se levantaba todas las madrugadas a ejercer su oficio. Aprendió la técnica de elaborar dulces, a hacer tortas para cualquier ocasión. . La villa  era  entonces más pequeña. Dámaso era nativo del llano, pero  recorría a pie la ciudad, se conocía su perímetro urbano y las barriadas aledañas que se estiran en sus orillas.

Cualquier día era bueno para desplazarse por los bares, unido a su inseparable guitarra debajo del brazo. Tapaba su abundante cabellera con un sombrero de charro, su bien sacado bigote, inspirado en el actor mexicano Pedro Infante.
. Uno, pasaba frente a  cantina, oía desde la acera una placentera canción y una guitarra, y sabía que allí estaba don Dámaso Toledo, entregado a su pasión.

En su rico  repertorio había de todas esas canciones que  que se anidan en el alma, un bolero, un pasillo de Olimpo Cárdenas, o una ranchera de Vicente Fernández que le fascinaba "Por si no te vuelvo a ver",  Las canciones las volvía poesía, pero otras, en puñales que remueven viejas heridas, pero  también cantaba aquellas que sirven para apaciguar  un largo tormento. 

Apenas llegaba la tarde del viernes se instalaba en el bar La Garitar; lo primero en decir en tono bajo es que no le hablaran de trabajo, "de esas pendejadas", que por favor silenciara un momento la música de rokola. Colocaba un pie sobre un taburete, la guitarra sobre la pierna derecha,  apoyada de la barbilla, y de su voz  comenzaban a brotar melodías de todo genero. . A todos sabía llegar con su simpatía y bonitas canciones.
  
El grupo le comenzaba arrimar tragos, uno tras otro, y al final de cada interpretación venían los aplausos y vítores. El hombre no  cansaba ni aburrían.
Aficionado a la nocturnidad, se comenzaba a oír su voz que resonaba cn la calle Jaime Bosch , donde no se oía otra cosa, sino el eco de sus canciones, que junto al sonido de un requinto penetraba por  las ventanales con el soplido de la brisa nocturnal. 
De pronto, ya paloteado, le provocaba dar una vuelta  por el centro de la ciudad, Finalmente hacía una parada en el Bar "La Astorga" en la avenida Lisandro Hernández, con su guitarra agarrada por el diapasón para echarse el del "estribo";  después continuaba despacito, como agua que corre por un manantial, para su casita ubicada en el barrio  El Rincón.
Unos de nuestros queridos amigos que cogieron el camino de la eternidad primero, me dijeron que lo  habían visto que andaba  ahogando de exquisitas canciones y  dando serenatas por la calles del cielo. No he vuelto a ver a don Dámaso Toledo en mucho tiempo. Debe ser por eso que, a veces, en el silencio de una media noche, yo también sigo preguntando: ¡DÓNDE ANDARÁ DON DÁMASO TOLEDO!
 

Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, enero de 2019
FOTO. Cortesía de Editorial Miranda

"QUEBRAR LA OLLA" ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA FRASE Y SIGNIFICADO?

 


Foto referencial bajada de la Web



Por  Oscar Carrasquel

Era habitual en las décadas del 40-50 que apareciera en el ambiente este aforismo  marcando el final de la Semana Santa, el cual está vinculado al contexto del folclore venezolano; la gente lo sigue pronunciando con mayor énfasis el Sábado de Pascuita, después de la procesión y actos de la Iglesia católica.

No debe resultar extraño, ni considerar peyorativo la enunciación “Quebrar la olla”. No tiene nada misterioso utilizarla. Se trata de una historia que viene de lejos. La oíamos pronunciar desde cuando teníamos diez años. La escuchábamos cuando salíamos a la calle el Sábado de Gloria. A esa edad yo no entendía cual era el verdadero significado de la metáfora.

Resulta que dentro del lenguaje autóctono a este dicho se le ha dado  un significado para mofarse; algunos se la dicen  a otro  en forma de broma. Lo cierto es que  se hizo muy común entre la población adulta, como una manifestación típica muy celebrada  al culminar  los días de Semana Mayor. 

Según dicen expertos, la conseja a la cual no se le conoce autor a quien atribuirle el  mérito de su creación, llegó  por el llano colombiano a finales del siglo XIX, de manera que nos es un invento reciente. Es muy oída desde tiempos remotos. Cuentan que tuvo su entrada  por la región de "El Viento" por los pueblos ribereños del Arauca, fue  Introducida a nuestro territorio por el llano apureño, sigue cruzando el mapa  y en definitiva se establece en todo el centro, oriente y occidente del país.

El ritual se deriva de ayuno y  ritos de un  número de creyentes convirtiendo la fecha en una celebración en donde se mezcla lo prosaico con lo pagano. Se reunían un grupo en la tarde-noche durante los días de la Semana Mayor. Cocinaban y tomaban alimentos permitidos, chigüire, pescado y aves de corral; pero  cero consumo de carne roja.  Se jugaba con barajas españolas,. partidas de dominó y bolas criollas; echaban a pelear cocos, y entre todo aquello nada  de "quebrar la olla". Está claro que no se podía violar este ritual, pues  se  corría el riesgo de salir del colchón convertido en pez.. 

La citada frase  la encontramos en el vasto territorio venezolano, como expresión folclórica, en cuentos, chistes, y relatos. Muchos copleros le sirvió de inspiración para grabar sus temas tanto en el genero  del joropo llanero, como en contrapunteos y recitaciones.

Pues bien, según criterio seguido por algún grado de cultura, los días principales de redención eran el  Jueves y Viernes Santo. Existía la creencia según la cual se podía dar y recibir cariño, pero estaba prohibido apecharse. No estaba permitido la aceleración de corazones hasta después de la media noche del Sábado de Gloria, que es cuando finaliza los días prohibitorios..
"El sábado, ya se pueden comerse los primeros chicharrones", así se estila decir en la zona del estado Portuguesa  donde yo viví una cantidad de tiempo, allá en Guanarito en la tierra del gran poeta y escritor Yorman Tovar, se celebra con baile de joropo, sancocho de curito, picadillo llanero y carnes asada  en vara. 
 
A mediados del siglo pasado la gente cumplía con la dura penitencia. En La Villa cultivaron una cosa muy coloquial. El hecho que una señora  andara el sábado como hoy con un paño enrollado alrededor de la cabeza, peleando con todos, enseguida se comentaba en el barrio  "fulana de tal, no  quebró la olla". De acuerdo con lo que apunta el historiador y  profesor universitario doctor Adolfo Rodriguez, conocedor de las raíces del ayer, dice que en el pueblo de Elorza Estado Apure se utiliza y se conoce con el nombre de "Quebrar la perola".

De modo pues que no hay razón para sonrojarse al oír esta manifestación de tiempo antiguo. El motivo de este trabajo tiene la finalidad de resaltar lo que eran nuestras viejas costumbres. Con el correr de loa años ya nadie le para. 


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis  abril 2020
Colaborador  de la página Ramón Alfredo Corniel
 




DOÑA TERESA SOJO CONOCEDORA DEL MUNDO DE LA AREPA VENEZOLANA Y BAILADORA DE JOROPO ARAGUEÑO

 



DOÑA TERESA SOJO CONOCEDORA DEL MUNDO DE LA AREPA VENEZOLANA Y BAILADORA DE JOROPO ARAGUEÑO

Por Oscar Carrasquel


Esta crónica la dedicamos a la señora Teresa Sojo quien cultivó en tantos años de su vida el hábito de la buena cocina. Una de esas madres trabajadoras con grandes valores, muy conocida a mitad del siglo xx,  y que por su carisma llegaba a todos los corazones. Fueron tiempos que ya se marcharon pero la mente y el alma de quien la conoció queda pensativa.  Evocamos su nombre y un poco de su vida como parte de un pasatiempo muy hermoso.

Ana Teresa Sojo Gómez es el nombre que aparece en su registro de nacimientos. Nació en el asentamiento campesino  “El Chorro” en el Valle de Tucutunemo, llegó al mundo y comenzó a ver aquel bello paisaje el 27 de noviembre de 1927, hija de los labriegos Juan Teodoro Sojo y de María Eugenia de Sojo  Después saboreó el hermoso mundo de la ciudad. Sus estudios alcanzaron hasta sexto grado en la escuela Teresa Carreño de Villa de Cura, lo demás fue trabajar sin pausa. La gente le resumió el nombre y la llamó simplemente TERESA SOJO.

Tuvo varias direcciones en Villa de Cura. La familia vivió primero en la calle Sucre; después, se estableció en la calle principal de la Parroquia Las Mercedes, posteriormente en la calle El Ganado. Su casa propia de habitación fue en la calle Miranda hasta lo último de sus días..  Muy joven trabajó como obrera en una fábrica de pastas alimenticias que funcionó en La Villa en los años cincuenta. Trabajando en esta factoría sufrió un accidente en una mano y se retiró. Supo lo que es la faena de lavar y planchar ajeno. Pero en realidad lo fuerte de ella fue la cocina. Todo el día y sin días de descanso, No tenía hora de comenzar ni de terminar. La humildad fue una de sus principales virtudes.

Con escasos recursos montó un kiosco que abría todos los días para la venta de arepas asadas rellenas y empanadas en un cuartico de la casa ubicada en la calle Miranda, casi llegando al  Colegio de las Hermanas Catequistas de Lourdes. Era un sitio muy pequeño pero era tanta la concurrencia que la gente se aglomeraba. Durante tantos años el negocio de la señora Teresa Sojo instalado en este estratégico lugar ofreció arepas de budare,  empanadas, rosquitas y la popularísima “arepita frita”, así como también  se encontraba cualquier cosa de tomar,  leche en cartón, refrescos y jugos.  En diciembre disfrutaba haciendo sus hallacas para la temporada navideña. Se cansó de repartir el buen sabor de la gastronomía criolla que tenía muchos seguidores en el pueblo de Villa de Cura. También era experta en la elaboración de la dulcería criolla que ella servía en raciones individuales

La neblina del mes de diciembre  le pintaba a este cielo y a los cerros un bello rostro como de mujer aragüeña recién bañada.  Era la época de  misas de aguinaldo el último mes del año. En los años cincuenta, el reloj de la catedral marcaba veinte y cinco para la seis, y la gente salía disparada de la Iglesia para.los acostumbrados paseos a pie a dar una vuelta por la calle El Ganado (avenida Lisandro Hernández) hasta que llegaba la luz del sol y concluí en sabana.

La elaboración y venta de arepas fue lo que la catapultó a la fama. Sin duda alguna que, entre otras variantes, la humeante “arepita frita” criolla aliñada con semillitas de anís era la comida que más  se consumía en Villa de Cura como elemento principal en un desayuno, y muy particularmente buscada en la temporada decembrina. Doña Teresa sentía una gran pasión por su labor de tantos años, no existía nada que la detuviera.

Apenas despuntaba la madrugada ya doña Teresa Sojo, la dueña absoluta del pequeño negocio, tenía lista  la primera camada de las crujientes “arepitas fritas”  que servía de antesala, así también tenía listo un rico cafecito negro colado en manga o café con leche. No había nada más poderoso que estos dos elementos de la cocina criolla  para acompañar un delicioso desayuno. Cuando se agotaban las primeras “arepitas fritas”  la gente esperaba que estuviera el resto. La “arepita frita” de maíz pilado se convirtió como una expresión popular en el paladar de los villacuranos. La gente la solicitaba bien de mañana como buscar las noticias del día en la prensa. Los sábados y domingos la señora Teresa no se daba abasto.

Entre algunas de sus facetas, laboró muchos años en el  Grupo Escolar Arístides Rojas de Villa de Cura donde realizaba trabajos de mensajería y de bedelía en dicha institución, hasta 1980 que el Ministerio de Educación Nacional acordó su jubilación por haber finalizado su actividad laborar su hoja de servicio.

La actividad cultural en la comunidad también llenó una parte de su vida, figuró como bailadora dentro el ámbito de la familia joropera villacurana. En la décadas del 50 fue pareja en los grandes bailes de Joropo Aragüeño que se daban en el centro y en los campos aledaños a La Villa, esos de amanecer hasta el día siguiente, lo cual ilustraba su espíritu alegre y su buena salud. Dedo destacar que en el año 1988 le fue entregado la condecoración “Orden Samán de Aragua”, en su única clase, condecorada por el gobernador de aquel entonces profesor Didalco Bolívar. 

Siempre llamó la atención como una persona que profesaba la religión católica, devota del Nazareno de San Pablo, la imagen de Jesús cargando la cruz y del Santo Sepulcro, el mayor signo de  la multitudinaria procesión del Viernes Santo  en la que ella todos los años participaba con devoción.

Doña Teresa tuvo una descendencia nutrida, fueron sus hijos: Rosa Teresa, la primogénita, le siguen Germán, José, Judith Josefina, Luís, Pedro, Ramón, Orlando, Freddy, Yanet, Roger y Mallerín, la bordona. La familia hasta ahora se ha visto multiplicada en 22 nietos y 26 bisnietos.

Doña Ana Teresa Sojo Gómez falleció un Viernes Santo el 22 de abril de 2011 en Villa de Cura, municipio Zamora,  estado Aragua, sus restos reposan en el viejo cementerio municipal. Hay quienes creemos que la señora Teresa Sojo por su obra formó parte de la militancia cultural de un pueblo. Es encantador, por supuesto, rendirle este pequeño homenaje de recuerdo.

En nuestra búsqueda de su vida contamos con el aporte informativo de mucha gente que la conoció, uno de ellos el conocido cantautor de música criolla Moisés Rondón que la metió en una de sus creaciones, el video está rodando  por la plataforma de YoubTub; así como también los testimonios que nos dio por vía digital su hija de nombre Judith Josefina Sojo. 

Que Dios la tenga en la Gloria.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 22 de septiembre de 2021

MARÍA GREVER COMPOSITORA DUEÑA DE LA CANCIÓN ROMÁNTICA

 

                                                    María Grever. Foto pública bajada de Internet


 MARÍA GREVER COMPOSITORA DUEÑA DE LA CANCIÓN ROMÁNTICA.

  

                                            Por Oscar Carrasquel


El bolero es un género musical romántico muy popular sobre todo en los países latinoamericanos. El recordado compositor de boleros don Pedro Flores, nacido en Puerto Rico, ha reconocido que "El  bolero trae lágrimas en los ojos y en el alma". Él fue quien escribió los temas "Linda" y "Adiós muchachos" que popularizó  el celebre cantor borriqueño Daniel Santos,. El bolero es un ritmo tan lindo que se baila pegadito, despacito en un solo mosaico... María Grever, pianista y compositora mexicana fue llamada una de las más talentosas y prestigiosas compositoras de finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, influenciada fundamentalmente por el género de la música romántica latinoamericana, es decir, pionera del bolero. Algunos jóvenes lectores seguramente se preguntaran quién fue, y cual es la trayectoria de la señora Grever. 

Se acuerdan algo de aquella época cuando las mujeres boleristas comenzaron a escribir y cantar con frases audaces sobre sus más ardientes deseos. Por aquella época la sociedad las censuraba, decía  que las estrofas y las escenas en el cine estaban cargadas de mucha sensualidad.. María Grever y otras artistas, se atrevieron a romper esa barrera, lo cual contribuyó a generalizar ese canto de amor que la hizo inmortal en el mundo de la música..

Todo el asunto comenzó con el  celebre bolero “Veinte Años”, el cual no es de la Grever, sino de la inspiración de la poetisa de origen mexicano Guillermina Aramburú, El bolero "Veinte años" fue grabado por primera vez expandido por todo el mundo por la bolerista cubana María Teresa Vera, también grabado por Barbarito Diez, Ibrahim Ferrer y Diego de Cigala. Igual sucedió con el bolero “Bésame mucho” escrito en 1941 por Consuelo Velásquez, fue una de las  melodías más conocida en el mundo. Nos gusta interpretada por Omaira Portuondo. “Bésame, bésame mucho como si fuera ésta la última vez”, cómplice de todo enamorado del amor. Le sigue un tema escrito por María Grever titulado “Cuando vuelva a tu lado”, grabado por Javier Solís, Alfredo Sadel, Libertad Lamarque y Luís Miguel. todas estas composiciones interpretadas por los mejores boleristas del mundo.

María Grever es su nombre artístico y el más corto. El historiador y periodista Juan José Peralta, lamentablemente fallecido recientemente, dice en una columna del diario “El Impulso” de Barquisimeto, que su verdadero nombre era María Joaquina de la Portilla Torres, nacida el 14 de septiembre de 1885 en León, perteneciente al estado mexicano de Guanajuato. Sus padres fueron Francisco de la Portilla Martínez y Julia Torres Hernández. En Sevilla y Madrid estudió inglés y francés, además de sus estudios musicales de piano y canto. A los nueve años de edad descubrió su talento con su primera composición, un villancico de la evocación de su infancia titulado “Una canción de Navidad” estrenada en el colegio “Sagrado Corazón” donde la niña seguía estudios, allí fue presentada y premiada nada menos que como “Niña Prodigo”, por el jurado contratado del plantel. Ese fue su inicio.

De la época cuando comenzaron a sonar canciones de su repertorio escribió un bolero titulado “A una Ola” que fue un éxito.. Se cuenta que adoptó el apellido Grever porque fue el apellido de su marido con quien casó en 1906, Su esposo se llamó León Augusto Grever, de profesión Contador Público. El matrimonio procreó tres hijos, un varón y dos hembras, de los cuales sufrió la pérdida de una de las niñas. Por supuesto, sus hijos ejercieron mucha influencia en su sensibilidad humana y de esta mala jugada del destino emerge una composición suya titulada “Muñequita Linda”, que también se conoció como “Te quiero dijiste”. En Venezuela grabada con mucho éxito discográfico por el reconocido tenor venezolano Alfredo Sadel.

Supimos en el escrito que su director de clases de canto fue el austriaco Franz Lehár. Su biógrafo cita la frase más espectacular que se le oyó pronunciar a la poetisa: “…Me aconsejó que fuera espontánea y sincera. Toda mi música tiene ese sello, la sentía y la escribía casi sin pensar…”. Fue una compositora de boleros por demás fecunda, extraordinaria. 

Cuentan que en una oportunidad por sus múltiples compromisos tuvo que ausentarse para Nueva York pasando tiempo sin saber de su marido explorando la soledad. fue cuando escribió aquella canción que fue una misiva de amor a la que tituló  "Ya no me quieres”, al abrir el sobre dice la letra: “Ya no te acuerdas de mí, ya no me quieres...y por no hacerme sufrir callar prefieres” …Escribió también temas de profundo sentir del alma entre ellas.  “Para que recordar” y “Qué dirás de mi”. La primera canción que grabó Daniel Santos fue la citada " Ya no me quieres".

Productora y arreglista. Trabajó en la industria cinematográfica para las empresas norteamericanas Paramount y la 20th Century Fox, la de la imagen del león. Cuentan que en su salón de tertulia y escritura en el borde de una mesita devoraba horas escribiendo música de fondo para filmes.

Para quien escribe esta nota, una de las más grandes composiciones y de mayores éxitos de la Grever fue el bolero titulado “Júrame” …Recuerdo que dice en una parte “júrame y quiéreme hasta la locura”. Las veces que se reunía la Peña JM, le pedíamos al tenor Andrés Almeida que la cantara,. acompañado de las guitarras de los maestros  Carlos Parra y Esteban Nieves.

Quien la grabó primero fue el conocido bolerista mexicano José Mujica en 1926... “Considero el tema de amor más bello y expresivo que jamás se haya escrito”, lo dice en un articulo uno de sus biógrafos el escritor Juan José. Peralta. El cantante José Mujica también le grabó las siguientes melodías “Cuando me vaya”, “Alma mía” y “Cuando vuelva a tu lado”, ¿quién de nuestra generación no las recuerda?

María Grever tuvo excelentes y grandes figuras como compañeros en la farándula, entre los cuales se destacan Agustín Lara y Juan Arvizu, intérpretes de sus melodías. El gobierno en una oportunidad le otorgó “Las llaves de Ciudad de México” y la medalla “Del Corazón de México”.

María Grever pudo escribir una autobiografía, cuyo libro se agotó pronto. Se lo encargué a mi amigo el poeta Vinicio Jaén en uno de sus viajes a México, me hizo la diligencia, infructuosamente. María Grever tuvo en su haber giras artísticas a Europa, Estados Unidos y países Latinos. La verdad es que desconozco si tuvo en Venezuela.

Su inspiración fue como un rió de corriente interminable. Sus innumerables canciones fueron grabadas por famosos intérpretes de todo el mundo tales como Enrico Caruso, Ray Confit, el venezolano Alfredo Sadel, Andy Russel, Libertad Lamarque, Plácido Domingo, Aretha Franklin, Alfonzo Ortiz Tirado, Juan Arvizu, Néstor Chayres, entre otros.Sus composiciones impactaron a nivel mundial.

Una vida llena de intensidad, de ir y venir, de subidas y bajadas, le apresuró el final... Parece mentira, pero dicen que le tocó vivir una vida de gran penuria, “tuve que vender hasta mi piano”, declaró una vez en una entrevista  grabada.

Cuenta la historia que presenciando una actuación del cantante Néstor Chayres, cantando el tema “Vida Mía”, una de sus composiciones inspirada en la perdida de su hija. La sensación de emoción fue tan fuerte que cayó desmayada al piso, no pudo mantenerse de pie, fue llevada con  urgencia a un centro asistencial y el diagnóstico de los especialistas fue categórico: “derrame cerebral”; tuvo una leve recuperación de su salud y nunca se apartó de la vida cultural,  pero a partir de allí siguió su vida conducida en una silla de ruedas.

La muerte le llegó como una sombra que se mueve por todas partes en la ciudad de Nueva York el 15 de diciembre de 1951. Dice la crónica que sus restos, como había sido su pedido, fueron sepultados en el Panteón Español de Ciudad de México.  Fue designada pos morten como “Mujer de las Américas”. Le fue erigida una estatua en León de Guanajuato, el pueblo donde había nacido, igualmente un gran colegio y un teatro de la ciudad llevan su nombre. Los turistas nacionales y extranjeros no dejan de visitar su mausoleo. 

A medida que van sumando los años he sudo admirador de su musa, me gusta evocar su nombre y recordar sus creaciones. Compraba tdos sus discos y oía sus canciones aferrado al impulso del amor.. Soy su fans des muy joven,. Le he regalado piropos, lagrimas, y  hasta la frescura de poesía, no tan buena pero que sale del alma.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis/2021

 Foto de la portada tomada de Internet

 

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miércoles, 29 de diciembre de 2021

LA MADRE TERESA DE CALCUTA POSEÍA CÉDULA DE IDENTIDAD VENEZOLANA

 


 LA MADRE TERESA DE CALCUTA POSEÍA CÉDULA DE IDENTIDAD VENEZOLANA   


Por Oscar Carrasquel


La Madre Teresa de Calcuta, en 1979  ganó el Premio Nobel de la Paz. El Papa Francisco de la Iglesia Católica, nacido en Buenos Aires, Argentina, la proclamó Santa en la plaza de San Pedro de Roma. La Beata llegó a Venezuela, como lo reseña la crónica,  por intercesión del entonces Arzobispo de Barquisimeto Monseñor Críspulo Benitez Fortuvel. Vaya pues esta pequeña nota con dedicatoria a la gran familia católica villacurana y a los seguidores de las bondades de esta insigne cristiana dedicada a practicar en el mundo obras de bien y de caridad.

La nacionalidad venezolana le fue otorgada el 29 de julio de 1965. El comprobante de identidad venezolana fue reproducido por los diferentes medios de comunicación social de Venezuela. Y aunque dicen que existen minúsculos errores en el nombre y la fecha de nacimiento de la misionera,  se comprobó por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que el documento es auténtico.

La Beata vivió en nuestro país en la población de San Jerónimo de Cocorote, capital del municipio Cocorote, estado Yaracuy.  Residenciada en la Casa Parroquial de la Iglesia de San Jerónimo que data del siglo XlX. situada frente a la plaza Bolívar   El párroco para los oficios religiosos en aquel tiempo era el padre diocesano Francisco Tomás Mompo. La madre Teresa de Calcita se bebió el hermoso paisaje yaracuyano con sus altas montañas lo que le generaba gran emoción.

Agnes Gonxha Bojaxhiu Bernai (Madre Teresa de Calcuta) nace el 27 de junio de 1910 en Albania, región de Europa. Como puede apreciarse  no era nativa de Calcuta como se cree, sino indo-albanesa, pero adoptó también esa nacionalidad. Falleció a los 87 años el 5 de septiembre de 1997 en la congregación religiosa de la localidad de Calcuta, en la India, donde había fundado un grupo denominado Las Misioneras de la Caridad, quienes dedican su vida a la atención y al servicio de la gente pobre.

En Venezuela dejó plasmada su obra de caridad en el bucólico pueblo de Cocorote donde fue creadora en 1979 de una Fundación Religiosa de servicio social. Estuvo en la misa especial  dedicada a Nuestra Señora de la Presentación. Es bueno hacer notar que el Presiente Luis Herrera Campins mediante decreto de fecha 23 de septiembre  de 1979, le otorgó la máxima condecoración nacional "Orden  El Libertador". “No fue cosa sencilla. Se necesitó intervención divina”, fue lo único que declaró en su idioma a los periodistas en el Palacio de Miraflores... Allí está en su retrato mirando al cielo para recordarnos que Dios siempre estará con todos los hijos de esta tierra venezolana. En su vida terrenal nos dejó un conjunto de frases maravillosas de amor a la humanidad como la siguiente pronunciada en esa oportunidad "No dejes que alguien se aleje de ti sin una sonrisa", quizá una de las más sencilla que se le atribuyen.

Foto colección profesora Carmen Hernández Paradisi 


Fuente: varias de la Web y Diario de Yaracuy

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís de Cura, enero 2022

"MASCA VIDRIO" UN PERSONAJE FOLCLÓRICO DE LOS AÑOS 50-60

   "MASCA VIDRIO" UN PERSONAJE FOLCLÓRICO DE LOS AÑOS 50-60


                                  Por Oscar Carrasquel

 

Bernardo Ríos fue uno de los personajes más curiosos que conoció aquella Villa de Cura de mediados del siglo pasado. De aquellos tiempos añejos y alegres de sábado por la noche de la década del 50 y principios del 60. De tiempos de vacaciones escolares,  Peregrinación y Semana Santa. . De esos días conocimos a un  hombre joven, festivalero, trigueño, retaco, bebedor, el cual quedó sembrado para siempre en nuestra memoria. Bernardo Ríos era su nombre de pila, mejor conocido con el sobrenombre de “Come Vidrio”.

No era forastero, sino nacido en una barriada de alfareros de Villa de Cura, en la Parroquia Las Mercedes. El hombre como un verdadero faquir  sentía una gran afinidad  y deseos de morder todo lo que fuera hecho de cristal. Se sabe de personas que se comen una luz de un semáforo; pero un bombillo floreciente y un vaso de vidrio nunca jamás.

Adquirió ese remoquete porque delante de la mirada de todo el mundo el hombre agarraba un par de vasos de vidrio y los trituraba en la dentadura sin producirse ni siquiera un rasguño; y detrás de la peripecia, ingería un vaso de cerveza o cualquier otra bebida.

El número lo realizaba en cualquier sitio, en la plaza Bolívar, en los bailes de arroz, en la arepera, pero especialmente en el interior de los bares, ante la presencia de un gran número de parroquianos bohemios que como premio le depositaban propinas en un sombrero, y le arrimaban las espumosas bien frías pero en vasos de cartón.

Después, indagando, revisando por curiosidad unos manuales de anatomía pude darme cuenta que las personas que mastican vidrio merecen nuestra consideración y respeto, sufren de una patología que la ciencia médica denomina HYALOPHAGIA. Quizás este personaje villacurano lo hacía al propio estilo circense, pero también es probable que Bernardo Ríos padeciera de ese trastorno a veces no conocido. En La Villa no se sabe de otro caso similar.


La Villa de San Luis, enero 2021

 

LAS TRES MARÍA

 

                                    

LAS TRES MARÍA

 Oscar Carrasquel

En el pueblo de La Villa 
jamás se dejará de nombrar
a “Las Tres Marìa”
Tres reinas del joropo aragüeño 
zapateado y escobillado

Aquí, en esta tierra de gracia 
de verdor y de frescura
enfrentaron sus tormentos
y florecieron sus alegrías

María Lugo y López María
sobre los lomos 
de una gran burriquita
adelante se marcharon al cielo
un lejano día

Dulce como un panal
trajeada de color morado 
caminó María Herrera
por la misma senda.

María Herrera,
joropera entre las mejores
De mi pueblo gran señora
Todo un vacío dejaste

La calle Comercio, La Alameda
donde siempre tocaba joropo
el arpa de Salvador Rodríguez
quedó desolada 

El camino mil veces recorrido
por tus pasos fraternales
de espíritu y alegre bailadora.
 
De una fiesta de joropo, 
eras la primera. 

El cielo para un joropo
completó sus bailadores,
Magin y Juan José Vargas 
tendrán fijas sus parejas 
pata la fiesta de las estrellas 
.
Quntín Duarte
con su garganta de acero
y en  las manos las maracas  
sonarán estremecidas
con mucho más ganas
en los confines del cielo.

Las guabinas y los yaguazos
del arpa de Alfredo Sánchez
con el que  llaman "El Niche"
Aquella luctuosa mañana 
atestaron de joropo el cielo villacurano.

María López, María Lugo
y María Herrera
A su villorrio le dieron fama.

El pueblo de La Villa llora
porque ahora se quedó
sin sus Tres María 

Cayeron muchas lágrimas  
como piedras por un barranco
que resistir no pudieron  
tantas penas y quebrantos.






                                      La Villa de San Luìs, 08/2021


.


ALEXANDRA POETA

 

 

ALEXANDRA POETA

                             Oscar Carrasquel

 

Yo tengo en mi lista

una nieta que escribe poesía

Vuela por los cielos su inspiración

Ella un día de mí fuero se alejó

Se hizo a la mar

prendida en las alas de una gaviota 

dejando un murmullo por acá 

Ahora encuentro en sus versos

lo oculto de sus encantos

Y en el horizonte lejano

los secretos de su silencio

Busco su recuerdo enredado

en las ondas de su cabellera

libre como una cascada de versos

Sabe llegar a la gente

No le falta mucho por hacer

para que florezca en ella una escritora

Sin pensar en el naufragio

con la fuerza de un Quijote

comienza a lanzarle flores a los nardos

y puede llegar a la cima de las águilas.

 

                                 La Villa de San Luis, 24 marzo 2021

EDGAR MACERO PARTE SUSTANCIAL DE LA HISTORIA RECIENTE DE VILLA DE CURA

 



                        Edgar Macero (veinteañero) foto cortesía de su hijo Leopoldo Macero Alcubilla




                                   Por Oscar Carrasquel

Hoy tenemos la grata satisfacción de traer a nuestra página una parte sustancial de la vida de este popular personaje villacurano querido por todos, quien por sus vivencias, su inteligencia, dueño y chofer de camión y sastre  de profesión, fue muy conocido en toda la  Villa de San Luís en las décadas de los años 40,50 y 60... Edgar Macero  era el nombre de pila, también conocido como “El Niño Edgar”. En esta ciudad nació y fue creciendo en compañía de sus triunfos y derrotas. Un hombre carismático y polifacético.

Edgar Macero abrió sus ojos al mundo en Villa de Cura en 1924,  hijo del doctor Leopoldo Tosta Alfonzo, un célebre personaje útil a la sociedad..Como se recordará .Leopoldo Tosta  fue un estudiante universitario avanzado, ejerció la medicina clínica como un sacerdocio, fue un tropero porque hasta los campos llevaba  sobre el lomo de una mula atención médica y remedios para cuidar y curar enfermos. Hoy día es epónimo de una Unidad Educativa Nacional y de una céntrica calle villacurana.

La madre del “Niño Edgar” Macero se llamaba doña Ernestina Macero, hermana de don Ramón Macero, natural de San Sebastián de los Reyes, también de oficio camionero, cabeza de una familia muy apreciada y querida en Villa de Cura. Fueron en total tres hermanos: Edgar Macero, Ernestina Macero “Minina” y Aracelis Macero.

Me contaron que su padre el doctor Leopoldo Tosta, era muy cariñoso con sus hijos, cuando eran niños los sacaba siempre de paseos elementales en las tardes apacibles, conduciendo un auto Ford modelo clásico 1948, les daba vueltas por el centro de la ciudad y el sector La Alameda Crespo, y los paseaba por los límites de la sabana donde  fue construido el hospital viejo y el estadio de La Aduana.

Edgar terminó su primaria elemental en la escuela Arístides Rojas de Villa de Cura con maestros respetados y queridos en el gremio. No se podía estudiar secundaria en esos tiempos cuando no había liceo en el pueblo, por lo tanto pudo estudiar hasta cuarto año de bachillerato en el Liceo Agustín Codazzi de la ciudad de Maracay.

Al lado de un distinguido sastre en La Villa llamado don Plácido García, aprendió y ejerció algún tiempo el arte de la sastrería. No era extraño verlo, corrigendo tallas, trazando y cortando telas de casimir  en un mesón de madera, y cosiendo trajes a la medida. Ambos trabajaban en el mismo despacho, porque don Plácido era el encargado del Registro Civil. En tiempos pasados la sastrería tuvo un auge  en Venezuela. En La Villa había muy buenos sastres venezolanos y extranjeros.
 
Con el correr del tiempo dejó el ejercicio de la sastrería. Asumió el oficio de chófer de camión... “TRAGEDIA”, fue el sobrenombre que le pusieron. Se lo colgaron porque en todas partes montaba un improvisado taller mecánico, corrigiendo fallas mecánicas al anciano camión. Fue propietario y manejaba un  Ford 600, V-8, de barandas, modelo 1946 , el cual le servía como medio para desempeñar toda clase de transporte. 

El camión poseía una maña vieja, nunca el motor encendía por el suiche de ignición,  sino que Edgar lo ponía a funcionar  dándole vueltas a una manilla por el frente, lo que todo el mundo en la calle veía como una verdadera tragedia, de allí su apodo.  De los bromistas y ponedores de sobrenombre nadie se escapaba, entre los que se contaba su amigo el Negro José Concepción Núñez..

Edgar Macero fue un hombre honesto, simpático, trataba con mucha decencia, flaco, medio encorvado su cuerpo, de copete,  jamas ostentoso, pero vestía bien, la moda de la época era  pantalones tubitos y zapatos  de dos tonos, Muy educado, refinado. Hay que resaltar lo expresado por su hijo Leopoldo que, su padre fue bien parecido y muy enamoradizo.  "Pachuco", porque gozaba de atracción entre las muchachas de la época. 

Ese anciano camión Ford era su soporte económico donde se ganaba la vida, recorría con la unidad el pueblo de La Villa, de punta a punta. Hacía de 2 a 3 mudanzas todos los días. Era genuino para todo, parece que tenía un mapa de la ciudad. De golpe estaba en cada brisa detenida en la parroquia Las Mercedes, en Aragüita o en el barrio Los Colorados. Le gustaba alejarse del centro. Su círculo de reunión más importante era la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes. Allá se sembró entre su gente, donde conoce y se relaciona con la  familia de la que fue su esposa.

Se dedicaba en cualquier día de la semana a transportar enseres de mudanzas, botar escombros y cachivaches viejos, a transportar jugadores de béisbol, a cambio de pocos centavos.  Si la persona era conocida y de pocos recursos, hacía el trabajo  de gratis, aunque también  realizaba mudanzas a familias de alcurnia. Siempre traía algo de dinero en los bolsillos producto de su labor para el sustento del hogar. 

Por la calle Páez de la Villa, diariamente se veía transitar este anciano vehículo con su natural runruneo de fiera...  “Camastrón”, de esta manera lo bautizó el propio dueño, el cual era para él como su familia, su compañero inseparable, la propiedad más importante, sin importarle la lidia que le proporcionaban sus problemas electromecánicos.

Debajo del asiento del conductor cargaba una pesada manilla. El motor con unos dos  manillazos rugía como un toro. Cuando prendía respiraba profundo. Aún recuerdo la frase que le lanzaba “!Estás como una uva papaíto!”, y emprendía la desenfrenada marcha rumbo a su trabajo. Nunca cargaba ayudante sino que se bastaba él solo para esos menesteres. Decían que "Camastro" podía atravesar el río Las Minas cuando estaba crecido. 
En la tarde guardaba el camión en el garaje de su hermano Ramón Macero. 

Macero era un genio cultivando amistades. Tenía una habilidad especial para contar historias. Poseía una fina cultura general, sabía dar forma a su personalidad. Se sabía de memoria la forma como escribían los poetas franceses vanguardistas. Y como él vivía al frente de la Tipografía Morgado, lo ataba una amistad con el poeta José Manuel Morgado, y asiduo a las reuniones en la Peña.

Edgar sentía una gran afición por el coleccionismo de cosas antiguas. Casi nadie sabía que poseía una motocicleta  italiana marca DUCATI para pasear el domingo, la tenía estacionada en el jardín de la casa cubierta con un manto plástico. Después la vendió a alguien que puso un aviso en la prensa de Caracas, donde se leía, "Se compra moto Ducati de alta cilindrada". No hubo reparos para el traspaso.

Edgar Macero vivió apartado de la política pero tenía su corazoncito.  Leopoldo Guevara me cuenta sobre  la ocasión que el doctor Arturo Uslar Pietri visitó a La Villa en campaña electoral, por el partido FDN..En esa oportunidad lo invitó a su casa, a quien solo conocía por su fama. El doctor Uslar Pietri quedó impresionado al observar sobre la biblioteca una voluminosa colección de la revista "El Cojo Ilustrado" (1892-1915),  le pidió que se la vendiera, el ilustre escritor le expresó: "bachiller póngale precio", y enseguida le extendió un cheque para cancelar el compromiso.  

Aquel hombre sencillo, cabal, nada le doblegó el entusiasmo, habitó casa propia acompañando a su madre, por la que luchaba, ubicada en la calle Páez, a escasos pasos de la tienda “Cristo Rey”. A veces se escapaba, desayunaba o almorzaba en la pensión de Juanita Echangarai "La tres lunares", que le quedaba enfrente. Al amigo Leopoldo Guevara quien vuelca su talento como educador, pintor y poeta, le asignaron un cuarto,  era consentido de doña Ernestina como si fuera su nieto. Le alquilaban solo a personas de mayor confianza, 

Fue uno de los personajes mas querido en la comarca. Llegó a ser uno de los consecuentes amigos de mi  papá. Para escribir esta nota tuve que  consultar a muchas personas, al profesor Oldman Botello, a Leopoldo Macero Alcubilla en la ciudad de Maracay, y hablé con su primo Carlos Julio Macero, en La Villa. Y datos de muchos de los que fueron sus amigos.

Consultado su opinión el historiador profesor Oldman Botello,  Cronista de Villa de Cura y Maracay, afirmó que "Edgar, visto en las imágenes tenía un gran parecido físico a su padre Leopoldo Tosta, fue un  estudiante aplicado,  poseyó un saber autodidacta, leía mucho, por eso ostentaba una cultura enciclopédica". Le gustaba guardar fotos, recortes de prensa referente a las letras y al arte en general y coleccionar objetos antiguos. Sentía un gusto excepcional por la música y la literatura. Y un profundo amor por su tierra.

Con el perdón de sus hijos, pero debo decir que, en la fresca edad de la juventud le gustaba parrandear, divertirse; apenas obtuvo la mayoría de edad acostumbraba visitar alcobas de lupanares. Una vez nos habló sobre el célebre  Cabaret "La Cita”,  que en 1950 estaba ubicado a la salida de Villa de Cura antes de llegar a la bomba de Pilato. Jamás se apartó del hábito de visitar ese lugar, aún cuando la madre  le peleaba esas "rochelas".
 
Ya se lo había oído contar en su entorno, pero un amigo suyo de mucha confianza me confirmó que era cliente fijo del “Bar Savery”, un lugar de diversión con normas de buenas costumbres, donde los fines de semana se disfrutaba de música bailable con orquesta,. Se presentaba  trajeado con un  "carnesalá"  a la moda.
 
Pero llegó el día en que se terminó su vida libertina y de soltero, cuando conoció, pudo enamorar  y se casó con la joven Lola Alcubilla de Macero. Del matrimonio sobrevive un solo hijo, Leopoldo Macero Alcubilla. Tuvo un segundo hijo póstumo, Su esposa Lola falleció junto a su criatura en un segundo parto.. Desde ese día su cielo se volvió  oscuro, una verdadera tragedia.

Edgar Macero es también padre de Josefina Macero, Irma Macero, Mario Sánchez, Francisco Sànchez y Elena Utrera. Algunas de sus vivencias me fueron contados por Leopoldo, quien tiene muchos amigos en La Villa, aquí nació, se levantó y estudió bachillerato en el Liceo Alberto Smith.   

De repente la salud de Edgar Macero se quebrantó, le llegó el momento en que no se puede atrasar el reloj.. El 5 de agosto de 2005 se apaga la vida de aquel hombre que derribó tantas barreras, cuando tenía 81 años de edad. Todos sus amigos sentimos en el alma y acusamos el golpe certero de su partida, acaecida en la misma tierra que lo vio nacer, donde sembró amor y amistades. Se le terminaba el tiempo a aquel hombre querido por los diferentes estamentos de la colectividad villacurana del recién pasado siglo xx, y a  quien hoy  venimos a recordar luego de tanto silencio.

Porque sabemos que la vida lo hacía sonreír a cada instante, a pesar de todas las adversidades. El Niño Edgar, si estuviera vivo, de seguro se hubiese  sentido muy acorde que yo cerrara esta crónica con un pensamiento del poeta y cantautor argentino Facundo Cabral que reza: “Cuando esta vida nos presente mil razones para llorar, le demostremos que tenemos una y mil razones para sonreír”. 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, septiembre 2019

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