lunes, 31 de julio de 2023

DOCTOR VÍCTOR RAMÓN PARRA DÍAZ ODONTÓLOGO VILLACURANO DE BRILLANTE TRAYECTORIA

  


DOCTOR VÍCTOR RAMÓN PARRA DÍAZ ODONTÓLOGO VILLACURANO DE BRILLANTE TRAYECTORIA 

 

                                      Por  Oscar Carrasquel

 

Si alguna satisfacción pudiera sentir el espíritu y el alma es la de recordar y resaltar el nombre de este distinguido villacurano integral que en su vida  respondió al nombre de Víctor Ramón Parra Díaz, por cuanto el largo conocimiento que tengo de él  en términos ligados a su mundo personal, a su  actividad estudiantil y profesional; como también  le dedicó un espacio de su vida al arte musical y la bohemia,  en un ambiente pueblerino de la tierra que dio origen al joropo Alma Llanera, letra del villacurano Rafael Bolívar Coronado, pieza que representa el segundo Himno Nacional.

Víctor Ramón Parra Díaz  había nacido en Villa de Cura el 23 de diciembre de 1932, hijo de don Ramón Parra Pérez y doña Carmen Isolina Díaz Reina. El matrimonio procreó a Josefina, Guillermina, Blanca y Carlos, nacidos en Los Teques, estado Miranda; le siguen: Ramón, Víctor, Rosadelia, Virgilia, Oscar y María Luisa, nativos de  Villa de Cura.

Víctor Ramón estudió primaria en las aulas de la Escuela Federal Graduada Arístides Rojas, discípulo del bachiller y músico don Víctor Ángel Hernández. la secundaria la realizó en dos instituciones reconocidas, el Liceo Alberto Smith de Villa de Cura, hasta 3er año, y culminó el bachillerato en Ciencias en el Liceo Agustín Codazzi de la ciudad de Maracay en el año 1954.

Posteriormente se inscribió y cursó toda su carrera profesional en la Universidad de Los Andes (ULA) de la ciudad de Mérida. Fue Delegado de la Facultad de Odontología en cuyas funciones cumplió una labor social, ayudó a muchos estudiantes de precarias condiciones económicas, en cuanto alojamiento, becas de estudio y mejoras de las condiciones del estudiante.  En 1959 realizó una Tesis Doctoral por lo cual se graduó  como Doctor en Odontología, cuyo titulo recibió de manos del Rector doctor Pedro Rincón Gutiérrez.

Sabido por él que, la educación  y la cultura son el más importante patrimonio en la evolución de los pueblos y la humanidad  por esa razón se entregó  por entero a estudiar y desarrollar su carrera. Proviene de una familia del escenario comercial y de servicio público, lo más apasionante que le enseñaron sus padres fue la honestidad y a ser un hombre sencillo.

La vida de Víctor Parra Díaz estuvo llena de música, tal vez inspirado por la sensibilidad de su progenitor. Fue don Ramón Parra, su padre,  músico y compositor de valses y joropos, que ataba  recuerdos con una guitarra y un cuatro en las manos  en su negocio de pulpería en la calle Comercio de Villa de Cura.

Víctor Parra Díaz junto con ser un estudiante de bachillerato fue propulsor de la música popular en La Villa; cantaba con una voz romántica y tocaba muy bien la guitarra española. En ese recorrido se topó con otros pilares de la música, formó un trío maravilloso de voces y guitarras  con el acompañamiento de  sus  hermanos Ramón Parra Díaz y Carlos Parra Díaz.  Pasando  momentos alegres en reuniones familiares,  veladas culturales. Habiéndose presentado en los años 50  en un programa estelar trasmitido en la noche por las ondas de la recordada Radiodifusora La Villa. Hay que hacer notar que la vocalización y la guitarra del entonces bachiller Parra, estuvieron presentes en muchas de las actividades culturales desarrolladas en el Auditorio de la ULA,  en la primorosa ciudad de Mérida.

El doctor Víctor Ramón Parra Díaz  fue un modelo de valores  y riguroso en los principios éticos y morales. Recién graduado sin tener aspiraciones burocráticas, por recomendación del diputado a la Asamblea Legislativa  de Aragua, Andrés Ríos Rios, del período de gobierno  Acción Democrática, ingresa a la Medicatura Rural de Barbacoas, Municipio Urdaneta jurisdicción  del estado Aragua, a cumplir responsabilidades como pasante. Prácticamente fundador de los Servicios Odontológicos de esta Unidad Sanitaria. Atendiendo la frecuencia de la población de uno y otro rincón del sur del  Municipio Urdaneta. Aquí comenzó su batalla desempeñando la ineludible Pasantía Rural  desde 1961 hasta 1964.

El doctor Parra Díaz desde que llegó se dedicó a  conocer   moldear una rigurosa relación profesional en aquellas localidades llaneras, además de  una armoniosa comunicación  desde el punto de vista  social...Continuando su carrera va a ejercer la profesión en los conglomerados de  El Sombrero,  Calabozo y Ortiz, distribuía su itinerario entre dichas poblaciones del estado Guárico donde se mantuvo hasta  finales  de la década del sesenta.

Con el tiempo y la experiencia instala su consultorio en  San Juan de los Morros en un edificio alquilado en el centro de la ciudad, para luego mudarse a su sede propia en una vivienda de dos pisos en la calle Salías de esa capital. Al mismo tiempo que ingresa en los servicios odontológicos del IPASME de San Juan de los Morros  de donde sale jubilado en 1995. Pero simultáneamente prestando servicios para el Ministerio de la Defensa en el Fuerte  Conopoima  “Coronel Antonio Rangel” en esta misma jurisdicción.

Reconocido como un activo gremialista. En la búsqueda de documentos lo encontramos como Presidente del Colegio de Odontólogos del Estado Guárico, cargo que ejerció durante dos períodos consecutivos. Perteneció a la Sociedad Venezolana de Odontología. Siempre estuvo ligado estrechamente a Villa de Cura  donde finalmente establece su clínica privado en una vivienda  ubicada en la calle Rivas Castillo, entre Bolívar y Miranda; o calle El Calvario, que también fue su asiento familiar. Fue  junto con otros  médicos de gran sensibilidad los que hicieron posible la fundación de la Policlínica Villa de Cura, donde también prestó su servicio odontológico. 

Mientras el hombre trabaja se le encienden los silencios del corazón. En su consultorio de calle Salias de la  capital del Guárico conoció a quien pasó a ser el amor de su vida, una gentil dama de pelo  largo negro, oriunda de San Sebastián de los Reyes, que él acostumbraba a visitar los domingos,  la profesora Astrea Deyanira Rivero Zapata, con quien contrajo matrimonio el 18 de marzo de 1963.

De la unión conyugal nacieron un varón y dos hembras. Víctor Ramón Parra Rivero, educador, poeta lírico y músico, nacido en Villa de Cura en el 27 de noviembre de 1967; casado con una trabajadora del antiguo INOS. Judith Esther Martos Salas, sin sucesión; Laura Ysolina Parra Rivero, Odontólogo de profesión egresada de la UCV. Vive actualmente y ejerce la profesión en Estados Unidos, en el Estado de California; Carmen Guillermina Parra Rivero, la menor de la prole, de profesión Educadora y Contador Público.

Entre sus nietos por parte de Laura Isolina, casada con el  villacurano ciudadano Americano Juan Enrique Jiménez Rodríguez, de  esa unión nacieron Jayden Tyler Jiménez Parra en la Universidad del Pacífico en Estados Unidos , Jensen Jiménez Parra estudia tercer año de bachillerato. Por su parte Juan Enrique ejerce su profesión de Ingeniero en Sistemas  en las Oficina del Sheriff en California;  Carmen Guillermina casada con el ingeniero Juan Carlos Guevara González, tienen tres hijas: Laura Sarai, Odontóloga de la Universidad José Antonio Páez; Maria Elisa  egresada este año de la misma institución universitaria; Esther Sinaí Guevara Parra, estudia actualmente segundo año en la Universidad de Carabobo, núcleo La Morita.

El doctor Víctor Parra Díaz era un hombre firme en sus convicciones llevaba a nuestra querida Villa de Cura en lo más profundo de su alma y de sus querencias, aquí vivió, soñó  y trabajó un largo tiempo.  Perteneció a la  Logia de Masones de Venezuela, una organización símbolo de virtudes. Comenzó su carrera en la masonería  como Aprendiz en La Respetable Logia 19 de Abril  No 90 de Villa de Cura en 1981; el de  Compañero en 1981. Adquirió el grado de Maestro Masón en 1982. Y el de Grado IV en 1984. El atributo máximo de Gran Maestro en esa época lo ostentaba el  recordado don Manuel Melo.

El doctor Víctor Parra fue socio del Club Social Aragua. Nunca tuvo militancia activa de partidos pero estuvo tentado por  la política, estaba claro sobre las ideas renovadoras y de progreso con sentido patriótico vividos en procesos democráticos. En su vida universitaria hubo un episodio significativo. Lo encontramos agrupado en la Junta Patriótica  que facilitó la caída del régimen de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, cuando en  compañía de dos oficiales de la digna Fuerzas Armadas y el doctor Chagín Buaiz Gracia, tomaron en un operativo la sede la Seguridad Nacional delegación de Mérida, con lo cual lograron algo importante  en la consolidación de la democracia en Venezuela.

El doctor Víctor Parra Díaz durante su trayectoria Odontológica en los diversos cargos ejercidos le fue otorgado Diploma del Colegio de Odontólogos del estado Guárico en 1964; Reconocimiento como Funcionario de Carrera por el IPASME en 1974.  Del Ministerio de la Defensa  División de Caballería Coronel “Antonio Rangel”, pienso que es el único que tiene tres reconocimientos, de fecha julio de 1969, 1977 y  1983; Honor al Mérito de la Gobernación del Estado Guárico en 1990; Entre los Cursos y Seminarios podemos sintetizar: Certificado IPASME por asistencia al Primer Taller Nacional de Servicios Odontológicos en 1990; Curso de Orientación Sanitaria en 1973; Seminario de Información Sanitaria en el estado Aragua 1966; Seminario de capacitación de Periodoncia en 1981; Curso de Cirugía Bucal  en 1975.

Jamás descansó en su labor profesional. Lamentablemente enfermó. Su recorrido por el río de la vida fue pasando la barrera de los 87 años, Según los datos  que nos aportó su hijo Víctor David, fue diagnosticado por la ciencia médica de una Hiperplasia Prostática,  por cuya razón fue intervenido en dos oportunidades  hasta que muere de cáncer hepático en Villa de Cura el 25 de mayo de 2020, colmado de plenitudes, preocupado por la salud de su pueblo. Su cuerpo fue cremado y las cenizas  depositadas junto con las de su hermano Carlos Parra, que murió el mes siguiente. Fue objeto aquella mañana de una infausta despedida en Villa de Cura con honores  de sus familiares,de su madre Logia 19 de Abril numero 90,  y de innumerables amigos. 

Como constancia de sus innumerables méritos y nivel de aprecio por la ciudad de Barbacoas;  Víctor Parra Rivero, su hijo primogénito, tomó la firme decisión que todo su instrumental para examinar, desde el más grande hasta el más chico; el sillón dental y un legado de documentos, placas, medallas, títulos académicos, reconocimientos y archivo fotográfico fueran resguardados en el Museo Histórico de Barbacoas en aquella cordial y hermosa  urbe aragüeña. El historiador villacurano Oldman Botello escribió con pruebas que,  originalmente el pueblo se llamó San Andrés de Aricapano de Barbacoas.  El Museo de Barbacoas fue fundado por nuestro amigo don Ángel Montes Núñez, hijo dilecto de Barbacoas. El Negro Montes y sus familiares habitan en el centro de la ciudad de Villa de Cura. En un departamento de ese Museo bajo la tutela  del Concejo Municipal del Municipio Urdaneta.  permanecerán dichos útiles como testimonio de los servicios que el doctor Víctor Ramón Parra prestó en esa comunidad, 

Desde esta columna querremos rendir un recuerdo a la memoria de este gran villacurano y esclarecido ciudadano.  

       Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, julio 2023

Agradezco

Victor Parra R, por información, comentarios, rectificación y foto.

Don Angel Montes Nuñez, por aporte de documentos   

 

 

sábado, 29 de julio de 2023

LA ALAMEDA DE DON PANCHO

 

 LA ALAMEDA CRESPO

 

       Oscar Carrasquel

 

 
La experiencia ahoga

ya pasado los años

Recordando a don Pancho Espi

en su bar de La Alameda

 

Con su voz sonora

-temblorosa- 

siempre delicado de carácter

sirviendo copas en el mostrador

 

Te presto mis recuerdos

El verdor de primavera

La suavidad

de mujeres y hombres

Gozando  de alegría

 

Las copas chocan en manos 
del larense Teódulo Aguilar

Aquel de vida bohemia
que cantaba como gallo



La casa  de tejas y  aleros 
la transformaba en tolerante
para los enamorados

 

Se miraba cruzar por un lado

a la “Negra Inés”

con su faldón de campana

y su perfume pachulí



Pasaba el umbral 
la figura del Negro Testamar
dándole puntadas a un sombrero



Desde la acera del frente
buscando su mundo divertido 
don Rufo Archila y Manuel Botello
un par de maestros cortando pelo



Todos con el tiempo

ya caminaron hacia las estrellas

Pero viven todavía
en la sumisión de los recuerdso.

                   Oscar Carrasquel.  La Villa de San Luís/ 2020

 

 

 

jueves, 27 de julio de 2023

LAS TRES MARÍAS JOROPERAS

 

                                                    La mítica María Herrera

LAS TRES MARÍAS JOROPERAS

             Oscar Carrasquel

En el pueblo de La Villa 
jamás se dejará de nombrar
a “Las Tres Marìas”
Tres reinas del joropo aragüeño  

Aquí, en esta tierra de gracia 
de verdor y de frescura
enfrentaron sus tormentos
y florecieron sus alegrías

María Lugo y López María
sobre los lomos 
de una Burriquita
adelante marcharon al cielo
un lejano día

Dulce como un panal
trajeada de color morado 
caminó María Luz Herrera
por la misma senda
por Dios señalada.

María  Herrera,
joropera entre las mejores
de mi pueblo gran señora
Todo un vacío dejaste

La Alameda, Los Colorados,
la calle Comercio
donde siempre tocaba joropo
Salvador Rodríguez y Linero


A una fiesta de joropo 
las primeras invitadas
con  espíritu alegre
y su chispa ingenua. 

El cielo para un jolgorio
completó sus bailadores,
Magin y Juan José Vargas 
tendrán fijas sus parejas 
para el baile de las estrellas 
.
Quintín Duarte
con su garganta de acero
y en  las manos las maracas  
sonarán estremecidas
en los confines del cielo.

Las guabinas y los yaguazos
pajarillos y Mariselas
del arpa de Alfredo Sánchez
con la garganta de "El Niche"
Aquella infausta mañana 
cubrieron de joropo 
el viento villacurano.

María López, María Lugo
y María Herrera.
Las míticas joroperas
de San Luis de Cura

El pueblo de La Villa
se quedó huérfano
sin sus tres Marías

Una mañana de cielo gris
cayeron las lágrimas  
como piedras por un barranco
de dolor y pena.

          La Villa de San Luìs, La Tricentenaria


.


martes, 18 de julio de 2023

RAFAEL SARRAMERA CANTADOR DE JOROPO DE LA VILLA DE AYER

       Rafael Sarramera acompañado al arpa por Evaristo Saldeño. Foto corregida por Ramón Alfredo Corniel.


                                                   Por Oscar Carrasquel

Los hombres campesinos  llegaron a ser entre los mejores entonadores de versos dentro del joropo aragüeño. Su día a día está lleno de música y cantares. Casi no estudiaron, otros en cambio, tuvieron oportunidad. La Villa de San Luis de Cura,  aparte de ser puerta del llano ha sido considerada como una tierra paridora de esta tradición folclórica y cultural. Le dedico esta nota a Rafael Sarramera que fue considerado un  destacado cantador de nuestro joropo aragüeño que llevó su música por todos lados. A Villa de Cura llega hacia 1945, proveniente de la Sierra del Sur. Formó familia con doña Anastasia Carrizalez. Los descendientes de esta unión son Salvador, que nació en Santa Rosa; le siguen: María, Haydee, Rafael, Benjamín, Hortensia y Liliana Carrizalez, que nacieron en La Villa.   Radicado en esta localidad fijó residencia para el resto de su vida en la calle Libertad cerca de la falda del cerro El Vigía  en el barrio Las Tablitas de Villa de Cura. De las primeras familias fundadoras de esta popular comunidad.  

A mediados del siglo pasado  no se usaban aparatos electrónicos, la voz volaba como el viento, la música llegaba con brevedad a los oídos. Cada artista describía su propia historia.y todo lo espléndido ante sus ojos  Las grabaciones fueron hechas en discos de acetatos de 45 rpm que sonaban en las antiguas rockolas. Grabaciones costeadas por el mismo cantador. 

Rafael Sarramera Ybarra nació en un caserío aledaño a la hacienda La Violeta, en los predios de Santa Rosa del  Sur el 24 de octubre de 1917, hijo de doña Margarita Ybarra que le enseñó buenos modales, y de don Guillermo Sarramera, que era un hombre sencillo que también cantaba joropo. 

Rafael Sarramera fue parte de un grupo de cantadores que despuntaron por estas tierras, animando reuniones, respaldado siempre por el arpa por Evaristo Saldeño, ligero en la improvisación y estimulado por el chasquido de las maracas. Como es sabido por demás, las celebraciones después de "las cayapas"  (labores del campo) se prolongaba hasta por tres días. Quiero recordar que Rafael Sarramera fue un  cantador de décimas  y tocaba muy bien  los capachos, le volaban en las manos como un par de mariposas. 

Dicen que sin ensayo no se obtiene provecho. Rafaelito Sarramera nació y  creció entre joroperos. Contaba la madre que cuando era un niño, apenas oía afinar un arpa se acercaba improvisando versos, “pilonando” dos  mazorcas de maíz como si fueran   maracas.  Aquello poco a poco lo fue convirtiendo en cantador de golpes, pasajes, "caramelos", mariselas y otros tópicos del joropo. Sarramera era un hombre alto, siempre acudía a los bailes infundado en un liquiliqui, le gustaba  despojarse del sombrero blanco cuando cantaba.  En esa época se realizaban muchas fiestas, tanto en el barrio Las Tablitas, La Alameda,  en La Represa y en la Parroquia Las Mercedes, y muchas veces la parranda la trasladaban a la zona alta, a esas “filas” circunvecinas de La Villa como Virgen Pura y Platillón.

Cantó en muchos bailes  organizados en los barrios y el propio centro de la población. Uno de sus hijos varones me relató que cantaba todos los años en una celebración tradicional en casa de don Tomás Hernández, honorable comerciante de la localidad. Le acompañaron en toda su carrera de cantador, una infinidad de arpistas, entre ellos Saturno Linero, Salvador Rodríguez, Alfredo Victorio Sánchez,  Víctor Ibarra, Evaristo Saldeño, Jesús Oliveros, José Cordero, José Félix Nieves,  entre otros. Constantemente participaba en giras por otras regiones del país. Algunos testimonios orales que conocieron su arte, coinciden en afirmar que tenía voz clara y fuerte pero su canto fue pausado, calmado, con inteligencia. Le compuso décimas a la tierra amada, a su flora y sus paisajes. Yo recuerdo de unos chispeantes versos que le dedicó el poeta J. M. Morgado titulado “El Campesino Rafal”. Que llamaron mucho su atención y Rafaelito le puso música de "golpe" a esos versos. Lo cantaba en los bailes populares allá en Santa Rosa y en otros poblados.



También recuerdo que en el patio lleno de árboles en la casa  del arpisto Evaristo Saldeño en la calle Dr Manzo sur, en el barrio La Represa, allí se vivía música de joropo casi todos los días, se llenaba de joroperos. A los ensayos de todas las tardes se unían alguna gente del barrio y se prendía la fiesta. Su canto resonó en las Radio Emisoras de la región, con una sucesión de actuaciones en diversos programas de radio, fue presentado en los estudios de Radio Maracay, Radio Aragua. Radio Girardot, Radiodifusora La Villa y en ferias y fiestas… José Manuel Valera, poeta y animador, que está al tanto de todos estos eventos lo presentó en bailes populares y en la plaza pública.

Una de sus actuaciones estelares como expresión folclórica  ocurrió el año 1968, cuando Rafael Sarramera cantó en la fiesta de  15 años de Raquel Coromoto Castaño Amundaray, más conocida como “Raquelita Castaño”, en la capital de la República, auspiciada la reunión por el locutor y productor de televisión Renny Ottolina. En esa ocasión fueron integrando la delegación, el bailador y folclorista Juan José Vargas Castillo y otros bailadores de joropo  de La Villa como José Alejandro Rodríguez; Rosa Villamizar, Vitalia López y Carmen González. En el grupo Iba un joven bailador habitante de Las Tablitas, quien a decir de mi amigo Juan José Vargas, se le oía sonar fuerte el talón en un golpe zapateado, su nombre José Gregorio López, conocido con el seudónimo de “Chanquilón”.  

El arte musical de Rafael Sarramera aún no ha sido valorado como es de ley. El día 21 de enero de 1981, a la edad de 64 años, hace más de cuatro décadas, se apagó la vida de este formidable cantautor, exponente del joropo aragüeño que identifica a nuestra región. Se inhumaron sus restos en el viejo cementerio municipal de esta ciudad. Que en paz descanse su alma.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, 22 de  julio 2023

jueves, 13 de julio de 2023

MOROCHO RÍOS ALIAS "COME VIDRIO" EL FAQUIR VILLACURANO

   MOROCHO  RÍOS ALIAS "COME VIDRIO"  EL FAKIR VILLACURANO

                                  Por Oscar Carrasquel

 

Su lado flaco eran las tradicionales fiestas de San Luis Rey en el mes de agosto en Villa de Cura. Morocho Ríos fue uno de los personajes más curiosos que se conoció de mediados del siglo pasado del gentilicio popular villacurano. Un hombre ingenuo de la vida cotidiana que impacta.  Corría la década de los 50 y principios del 60. Eran tiempos cuando el popular  Ricardo Flores  cargaba en la parrilla de su bicicleta Raleigh un plato tocadiscos, y una ruma de Long Play de música popular, con lo cual ponía a mover el esqueleto  en los “picoteos”, llamados también “bailes de arroz”, de fin de semana. Ricardo Flores fue padre del "salsero del barrio" nuestro amigo Hildemaro Flores.

De esos días conocimos a un  hombre joven, fiestero, trigueño, retaco, bebedor, cuya figura quedó sembrado para siempre en nuestra memoria. Morocho Ríos se transformó en  “Come Vidrio”, como era conocido a quien tratamos en varias oportunidades. No era forastero este otrora personaje, al parecer era nacido en una barriada de alfareros de Villa de Cura, en la Parroquia Las Mercedes. El hombre como si fuera un auténtico faquir se llevaba a la dentadura  todo lo que fuera hecho de cristal. Se sabe de personas que se comen una luz en un semáforo; pero que se coma un bombillo fluorescente y un vaso de vidrio jamás. Adquirió ese remoquete porque delante de la mirada de toda la gente que se agolpaban a su alrededor, el hombre agarraba un par de vasos grandes de vidrio y los trituraba en la dentadura, sin producirse ni siquiera un rasguño; y detrás de la peripecia, ingería un vaso lleno de cerveza o cualquier otra bebida. Existió consenso en decir que en apariencia el hombre mascaba vidrio.

El número lo realizaba en cualquier tiempo y lugar, en la plaza Bolívar, en los "bailes de arroz", en la arepera La Única, en El Teide, pero especialmente en el interior de los bares de La Alameda, ante la presencia de un gran número de parroquianos bohemios que como premio le depositaban recompensa en un sombrero de fieltro, y le brindaban  las espumosas bien frías pero servidas en vasos de cartón. "Come Vidrio" trabajaba en las fábricas de tejas  porque aquello no le alcanzaba. 

Si alguno de los lectores lo conoció puede dejarlo en los comentarios. He tenido deseos de conseguir una foto y sus datos genealógicos pero me ha sido imposible..Después, indagando, hojeando por curiosidad unos manuales de anatomía que me habían regalado, pude darme cuenta que las personas que mastican vidrio merecen conmiseración y respeto, sufren de una patología que la ciencia médica denomina Hyalophagia. Hasta se dijo que Ríos, lo hacía al propio estilo circense o había escuchado hablar del famoso  Blackaman; también es probable que nuestro personaje sufriera de ese trastorno poco conocido. En La Villa no se sabe de otro caso similar.


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, enero 2023

 

domingo, 9 de julio de 2023

LA TRASHUMANTE PEÑA LITERARIA DE J. M. MORGADO.

 

                                                     Foto del libro "Memoria de Aragua" autor Pedro Ruíz

                            LA TRASHUMANTE PEÑA LITERARIA DE J. M. MORGADO.

                                                         Por Oscar Carrasquel

 

Amigos que nos leen, esto no es una biografía, ni ensayo literario, trátase de una especie de descripción del ayer, de contacto directo, de letras de intimidad guardadas en el corazón.

¿Cómo es en realidad una Peña?

En nuestro país dícese de la Peña, que es un  “Puente de saber, cultura y cordialidad”. Así puntualiza  el reconocido Círculo de Escritores de Venezuela (CEV), para hacer una definición de las diversas Peñas  que envuelven a los seres en cualquier actividad humana.

Villa de Cura fue hace años atrás un  pueblo   de solo  cinco barriadas urbanas, pero tenía la firmeza  de convertirse en ciudad. Tuvo en un tiempo una diversidad de Peñas que tenían sus espacios en muchos lugares distinguidos y emblemáticos,  para facilitar el entretenimiento espiritual, antes que cayéramos en la soledad de estas calles.

¿Que decir de José Manuel Morgado que no hayamos dicho?. Genuino para todo lo bueno, irrefrenable cosechando amistades, preocupado por la cultura. Fue muy solicitado tipógrafo en su tiempo.  Había nacido el 8 de agosto de 1924 en una humilde vivienda  de la calle Páez, este, en la subida del  Calvario que se llegaba por un estrecho puentecito.. La cosa comienza cuando José tenía 15 años de edad y entró de aprendiz en la Tipografía Miranda propiedad de su tío Inocencio Adames Barrios  donde se graduó de tipógrafo de chibalete para crear letras impresas, allí también se inició en el mundo del periodismo y la poesía. A todas éstas, con el apoyo de su pariente  funda su propia imprenta...Un rinconcito bohemio, que a la vez era un remanso de calor popular que conocimos y frecuentamos desde los años 50, en adelante, La "Tipografía J M". fue como un refugio de escritores, juglares, poetas y músicos locales y los que visitaban la población para conocerla, sobre todo para la discusión literaria. Como es de recordar  su grupo familiar residía en la misma área.. 

Pasaron los años y hemos podido leer  varias de sus obras publicadas, entre las cuales cabe destacar “Antología Poética”, un cuaderno de sus mejores poemas; “Sangre Mi Madre Roja”, “Jazmín y Cariaquito”, "Prosa y Poesía" y una cantidad de opúsculos sobre prosa y poesía. J M, primero vivió su poesía, la narraba, y luego la proyectaba  en libros, periódicos y revistas.

De la "Tipografía JM" salían por encargo talonarios, tarjetas de bautizo, tarjetas de presentación, invitaciones para entierros, etc. La primera sede en La Villa hallábase ubicada en la calle Comercio, enfrente tenía al bar del  italiano Juan Trotta. Posteriormente instaló su taller en la calle Bolívar y Villegas, aledaña a la alpargatería de don Leandro Nieves; y por último, mudado a la calle Páez, frente a los Almacenes Cristo Rey.  Además la "Tipografía J. M". también tuvo respiro en un rústico local de la laboriosa población de El Sombrero, municipio Julián Mellado, estado Guárico, para suplir las necesidades de esa parte del llano. Se ganó el cariño y el buen trato que le daban en aquella comunidad guariqueña. Ya era muy popular en el barrio Colombia.

A la "Peña Morgado" llegamos muy jóvenes, la vi nacer en 1970, la vi crecer y la hicimos nuestra.. A ella nos integramos junto con muchos de sus amigos y allegados. Lo cierto es que  para donde se mudaba  la "Tipografía JM", detrás de su caminar iba el  guilindajo de guitarras, poesías, canciones, y la amena tertulia sobre diferentes tópicos.

Un gran afecto lo unió con la poeta y escritora Rosana Hernández Pasquier, Vinicio Jaén, José Argenis Díaz, Antonio Moreno,  Víctor Parra Rivero, las poetas Ingrid Chicote y Ana Belén Aular; su primo y compadre Inocencio Adames Aponte “Chencho”, el editor José Seijas, Manuel Botello, Elio Martínez, Edgar Macero, entre otros más. Las reuniones eran frecuentes. 

Provenientes de la capital Maracay, recuerdo  a José Aloise Abreu,  Julio Morillo (humorista-caricaturista), el poeta Pedro Ruiz, Omaira Ochoa, Luis Alberto “El Toro” Contreras, José Rosario Delgado, Olga María Agrinzones, profesor  Oldman Botello, periodistas todos o columnistas de las páginas del diario  El Siglo de Maracay. Algunas veces  el poeta y periodista Pedro Ruiz venía acompañado del afamado  concertista de guitarra  Efraín Silva,  a ofrecer sus interpretaciones a la Peña. Recuerdo que en este mismo círculo figuraron el Bardo  Aly Pérez y  el artista plástico Carlos Martínez, Cejota.  

La   "Tipografía "JM" y su prima hermana  “La Peña Morgado” algo tenían de la escala de Jacob como si fueran una sola escalera. De aquí de esta Tipografía  salieron frescas las ediciones del periódico humorístico  “El Cotejo Mocho”. Esta publicación tuvo una vida de más de 30 años, y últimamente, el poeta hacía un gran esfuerzo para que saliera  de manera ocasional. Circuló como el único periódico humorístico de toda la región aragüeña, no supimos de uno similar. Pero hay otra cosa, editó los quincenarios "El Unitario" y  "El Villano". 
 
Por esta misma época  apareció un  merengue titulado  " Cotejo Mocho" , con letra del poeta JM, la música y el arreglo es del director de orquestas Germán Cordero Padrón. El canto era ofrecido como serenata cuando el periódico o su editor cumplían años de vida. También  se oía la interpretación en las retretas en la plaza Miranda y en paseos musicales cuando venía la gran fiesta de San Luís Rey de Francia en el mes de agosto.

A esta cita bohemia  de cordialidad no faltaba la guitarra del maestro Carlos Parra Díaz, el requinto y la bandolina de don Esteban Nieves;acompañando a la voz del cantante de todos los géneros musicales  Adrián Nieves; igual  las canciones  de don Pedro Ezequiel González. Asidua era la "Peña Tanguera" representada por   Antonio Martínez Santaella, el Che Julio Martínez y Juan Bautista Alayón.   El profesor Germán Cordero arribaba con su   trompeta. Justo es mencionar a don Dámaso Toledo  con su guitarra en la mano. LLegaba Gustavo Niazoa “chingolo” que tocaba muy bien el Cuatro. Braulio Pérez Balza, que tenía preferencia por canciones del Indio Araucano, y también  Evelio Román “Gentile” uno de los mejores requintistas. Tampoco faltaba el bardo Vinicio Jaén recitando sus poemas alejandrinos. A veces el grupo crecía se desbordaba  como el caudal del Caño Igüéz de Portuguesa durante el invierno. 

Cualquier persona de cualquier edad, sin importar su posición en la colectividad, podía entrar en la manga de la  nombrada Peña. Aquí en estas reuniones llegaba gente de toda clase social o tendencia ideológica, entraba gratis. Era como “La Viña del Señor” donde  cabía todo cristiano. Creaciones poéticas de JM y de diversidad de poetas y escritores se escuchaban   en la voz  estruendosa de Teobaldo Parra Coronado. Allí se grababa en un aparato reproductor de los de antes, y los casetes iban a parar dentro de un cajoncito de madera a reposar en un estante biblioteca. 

Me vi beneficiado, a través  él aprendí sobre muchos valores, detalles primordiales de nuestro noble terruño, pude darme cuenta de personajes como "Negro Lindo" , el carretero, y del "Campesino Rafal". Hizo de reportero de la comunidad empeñado en librar campañas sociales en su periódico. No dejaba de estar clavado en su máquina tipográfica Chandler, pero siempre encontraba tiempo para compartir el espíritu alegre con sus contertulios. Su conversación era fresca, fluida, franca. Le dedicó incontables crónicas y libros a su tierra nativa con inmaculado sentimiento. Su amor por Villa de Cura era manifiesta, conocía los detalles más increíbles de la ciudad, más que todo maravillado con su paisaje y sitios históricos. 

El humorismo merece un párrafo porque las tenidas  tenían  presentaciones teatrales con los actores Teobaldo, Vinicio Jaén y el poeta Morgado, metidos en sketches  del poeta Aquiles Nazoa  y sainet  de diversos humoristas y dramaturgos venezolanos, entre ellos Rafael Guinand, Antonio Saavedra y otros autores. Además nos entreteníamos con sus chistes y abundante anecdotario.
 
Esta flamante "Peña  Morgado" no poseía permanencia fija, su base o sede de operación era la Tipografía, pero fueron muchas las ocasiones que  se convertía en trashumante andando fuera del pueblo.  De repente un domingo se trasladaba para El Pao. Se reunía  en el corredor de una bodega en el caserío Espinital en Los Bagres, allí se cantaba  con arpa y maracas. Con el sol bajero se mudaba para  el “Rancho” de José Seijas en El Cortijo.También eran esperados los fines de semana  bajo la matica  de Semeruco  donde mi esposa Isabelita exponía sus canciones. De repente invadía   el rancho de tablas y de empalizada, el patio de jugar bolas de Héctor Lombano “Casunga”. Se reunió en varias ocasiones en el bar La Garita con la amable atención de don Carlos Almenar y  Francisco Zapata, debajo de un frondoso samán donde se oían trinos de todas clases.
  
A veces se desplazaba por una vereda a la casa  de nuestro amigo Wladimir Morgado, en la urbanización El Toquito.  Finalmente paraba en la vivienda alquilada que habitaba José Manuel en la Parroquia Las Mercedes, al lado el picacho de “Los Chivos”, sombreada por un  cotoperiz, cuyo ramaje o mitad del árbol respiraba sobre una pared  para la calle Montenegro. Todas las interpretaciones  de los presentes eran repetidas por el trino de una paraulata "rabo blanco" llanera,  a la cual se le abría la jaula pero no intentaba abandonar su cautiverio. Como señalamos al principio, todas las canciones, poesía, relatos, cuentos y comentarios, quedaron grabados  en casetes de la época. Durante los viajes que realizamos  por carreteras del Sur de Aragua y el estado Guárico,  disfrutamos las grabaciones por medio del reproductor del auto. A mitad de trayecto la caravana se detenía para calibrar como iba el tiempo y paladear un "traguito cultural" servido en un coroto de totuma. 

Parecían caballos sin brida  por la llanura. Forzosamente la Peña Morgado y la Tipografía "JM"  era una sola agrupación. La Peña literaria continúa intacta, aparecen varios nombres escribiendo en las redes sociales, es como un faro luminoso dando lo mejor de su pureza, abriendo camino al andar. 

Recuerdo que un día el poeta se me acercó y me dijo: "Me voy a  vivir a Funda Villa , desde allá  del ceeroo de Los Chivos puedo ver la ciudad, tocar su cumbre y oír el canto de la paraulata llanera". El Poeta José Manuel se nos  marchó de este mundo una mañana radiante  el 4 de junio de 2016; livianito, íngrimo. Llevaba su agenda  de versos apretada en el pecho con las dos manos. A uno lo inunda la nostalgia cuando  llega el  8 de agosto y  desde luego  recuerda su cumpleaños, con lágrimas de dolor pero también con resignación.  Descansa en paz querido amigo del alma.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís,  2022

 

 

lunes, 3 de julio de 2023

VINICIO JAÉN LANDA POETA DE ANTOLOGÍA

 


                                              Foto obtenida por Ramón Alfredo Corniel


     VINICIO JAÉN LANDA


          Oscar Carrasquel


Mas allá que tu alma

como un lucero extraviado

haya remontando al cielo,

el tiempo no borrará tu nombre


Hoy recorro la mirada

en el recuerdo

en alas de una lluvia mañanera

en ésta tierra

entre silencio y olvido.


Querendón de los montes

y verdes praderas.

Cuando era niño

correteaba tras las luciérnagas


Amante de las casas coloniales 

de su pueblo

parecía constructor de ellas


!Con ese sello especial,

con esa suma de amor 

por el pueblo en que naciste

hay pocos como tú!


Fino poeta

con predominio 

por los catorce versos

Todo papelito suelto que tocabas

lo convertías en soneto


Columnista de medios,

Fue cronista

dando color a costumbres 

y personajes locales

desteñidos por el tiempo


Fundador de "Claridad"

un periódico local.

Corredactor del  "Quijote"

junto a Adames Barrios

y Sanabria Méndez


Teatrero 

En la vida del teatro

te moviste con Josefina Caracas,

Isabel Domínguez, Críspulo Gallo

y Sofía Rodríguez


Humorista y locutor

productor en medios radiales

tanguero, bohemio, trashumante.

Amador Bendayán 

te recibió en la televisión

con aplausos y ovaciones .


Las guitarras españolas

de "che" Julio Martínez,

y Evelio Román 

Las voces 

de José Chacín "gardelito"

y Antonio Martínez. 

Fue la cuerdita imprescindible 

cuando caía la noche


Y hablando de la farándula

de la ciudad de La Victoria,

con tu compadre Julio Páez

"El Cantor de la otra Banda"

fueron cantadores de serenatas


Supe que ejerciste con honor

el oficio de "vendedor por cuota"

recorriendo los caminos

de La Villa y El Sombrero.


Escribiente de poesía

cantándole al amor

y a un amor rechazado.

A la orilla de un río,

frente al mar aragüeño, 

en la sinuosa montaña.


Voy recordando

que tuviste a punto

de viajar con Aquiles 

al regresar

de  tu "México lindo y querido"


Como canto celestial

guardabas en suave silencio

"El Credo", 

el sueño de tu hermano carnal

Aquiles Nazoa.


Yo sé que no has muerto

pues los poetas nunca mueren.

Este hombre aún está aquí

como él fue.


Tu legado artístico musical

lo continuó tu hijo

el lufardo Ricardo Jaén

Aprisionado de una guitarra

como en una celda

interpretando canciones

de Carlos Gardel.


Poeta Vinicio Jaén

Te vas con tu bohemia

tras tu canción preferida

"Esta noche nos vamos de parranda". 



                   La Villa de San Luis, julio 2023

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