martes, 4 de enero de 2022

¿QUIÉN FUE JOSEFINA ROJAS LOVERA? CONOZCA A UNA ILUSTRE EDUCADORA Y POETISA.

 


                           

¿QUIÉN ERA JOSEFINA ROJAS LOVERA?..CONOZCA A UNA ILUSTRE EDUCADORA Y POETISA 

                                                                        Por Oscar Carrasquel

 

En la ciudad de Villa de Cura, estado Aragua esta erigida una institución educativa que lleva por nombre JOSEFINA ROJAS. Algunos se preguntaran ¿Pero quién era Josefina Rojas?. Nunca se borra de la mente el regocijo que se siente al escribir esta nota sobre esta honorables señorita y lo largo de su travesía en la educación y la literatura. Ella, además de docente tuvo otra atracción, se hizo sentir como  poeta de renombre. Se cuenta entre unas de las maestras de antaño más admirada y respetada en el siglo  pasado. Quienes la conocieron  la describen como una muchacha buenamoza, alta, blanca, de larga cabellera, con entereza de carácter, grandiosa también en humildad  y de entrega a la educación toda su vida. En sus tiempos mozos se hace maestra por amor y encanto a tantos niños que no tenían escuela. Josefina Rojas perteneció a aquella legión de educadoras que no conocieron de obstáculos, tampoco de caminos imposibles para cumplir su labor..

La niña vino al mundo en la población de Belén, al sur del Lago de Valencia, estado Carabobo el 06 de febrero de 1905 en el seno de una familia muy humilde, entre el arrullo de quebradas y el canto de  pájaros de todos los colores que da la madre natura. Hija de don Avelino Rojas Cerezo y doña Josefina Lovera.  Aprendió ñas primeras lecciones en una escuela privada en su lar nativo. Uno nunca sabe hasta donde lo va a llevar el destino. 

No había cumplido los 18 años de edad cuando en una demostración de empeño y de irse lejos se marcha al Estado Apure. Cursó estudios superiores en el Instituto  Pedagógico "EL MÁCARO LUIS FERMÍN” de la ciudad de San Fernando de Apure donde obtiene el titulo de Maestra Normalista en 1930. Allí muestra su primer escarceo literario recitando en los eventos culturales organizados por la Institución lo cual desarrolla de manera continua..

Aún con el corazón acelerado por su juventud fue un ejemplo de constancia y de fe en Dios. Nunca la detuvo el sol ni el calor de la llanura., siempre contenta, deshinsibida por naturaleza. No hubo lugares  por indómitos y remotos, en donde se adentraba solo navegando grandes ríos, que detuvieran su andar .. Lo que se destaca es lo animosa, la valentía y lo guerrero de la joven maestra..

 

                                      La poetisa  Josefina Rojas Lovera, quizá a los 18 años

Una minuciosa investigación nos dice que inició su periplo como educadora en una región de los llanos colombo venezolanos a la margen izquierda del río Meta, afluente del  Orinoco, atravesando Puerto Páez en limites de Puerto Carreño, Departamento  del Vichada colombiano; penetrando en territorio indígena, habitado por la etnia Guahiba y los Cuivas; unos lugares inhóspitos azotados constantemente por el paludismo. Por saberlo con propiedad quien esto escribe, allí los riesgos son enormes.  Por los años pasados allá en esas comunidades, no tiene nada de extraño que haya tenido que aprender algunos léxicos de la lengua guahibana. Allí servia también de enfermera teniendo que adoptar medidas extremas de salubridad.                  

Comenzó su carrera en junio de 1930 en una escuelita rural para niñas, niños y jóvenes  en una comunidad indígena conocida con el nombre de Buena Vista a orillas del río Meta, a donde se llega solo en “fueraborda” río arriba, una embarcación ligera. Formando parte del programa de escuelas rurales creadas bajo la presidencia del General Eleazar López Contreras. Sus pasos anduvieron en aldeas, pernoctando en bohíos y churuatas, en un ambiente desbordado de algarabía infantil. La maestra también les daba a los niños indígenas manualidades, deporte  y las nuevas practicas de enseñanza.

A lo largo del tiempo, la propia Josefina se carteaba, se encargaba de diligenciar personalmente con el propio Presidente del Estado Apure, para esa época el doctor Francisco Parra, lograba conseguir uniformes, libros, cuadernos, lápices y demás utensilios para la matricula.

Es muy natural que de tanto vivir y sentir el paisaje llanero le haya provocado el desbordamiento de su vena poética, indudablemente quedaría deslumbrada de  la majestuosidad de aquellas inmensas sabanas para su inquietud lírica. No cesaba de escribir versos y prosas. Llegó a comentarse en San Fernando de Apure, donde dejó mucha gente conocida, que sus poemas son de mucha tendencia romántica. Llegaron a publicar en los periódicos los círculos intelectuales que Josefina Rojas, “En sus poemas ama y siente el paisaje y las noches de luna clara”.

En el periódico “El Espejo” de San Fernando de Apure, la maestra y poetisa carabobeña publicó una selección de poemas dispersos “¿Cuando te pienso más?”, ”La Vida” “A la Niña Trina Omaira” (dedicado a la heroína apureña Trina Omaira Salerno Encinozo). Y otras elegías posteriores como “Miranda” de corte histórico; y “Lo que guarda mi Huerto”. Los orginales y recortes de prensa permanecen resguardados en el álbum familiar al cuido de su sobrina Rosario Rojas de Jiménez. 

Probablemente tuvo sus admiradores ya que fue una mujer físicamente bella y atractiva. Fue siempre especial motivo de inspiración de poetas y escritores. Encuentro en una carpeta un manuscrito donde el bardo apureño Juan Cartens le dedicó hermosos poemas a la señorita Josefina Rojas. Se lee en este poema:

"Un estuche de aroma, perla y grana/es tu boca divina y seductora/es tu gracia gentil de sevillana/más bella que el destello de la aurora/Un poema de aroma es tu sonrisa/son un encanto tus divinos ojos/y por eso es que anhelo la caricia/de un tierno beso de tus labios rojos".

En San Fernando durante su permanencia en la ciudad trabó amistad con el circulo de intelectuales. Se convirtió en ávida lectora. Constantemente se hacía llevar desde la capital apureña, periódicos, libros y revistas. Le enviaban encomiendas por el río Apure y el Orinoco. Entre las cosas le enviaban el semanario “Letras”, donde ella tuvo el privilegio de publicar sus poemas. Su redactor fue el conocido escritor apureño Antonio María Encinozo. En sus páginas se sumaban escritores nacionales y extranjeros como Diego Chacón, Felipe Valderrama, Nicanor Bolet Peraza, y los poetas Juan Cartens, Julio Flores, Rubén Darío, Amado Nervo, Andrés Eloy Blanco, Nicolás Bolet Peraza,y el poeta y médico calaboceño Francisco Lazo Martí, Alfredo Arvelo Larriva y otros autores más.

La señorita Josefina Rojas Lovera fue una mujer que jamás renunció a su dignidad, no faltó a su ética; permaneció soltera, tampoco  tuvo descendencia. Con el producto de su tesonero trabajo cumplió el rol de madre protectora de sus siete sobrinos (hembras y varones) hijos de sus hermanos Oscar Rojas Lovera y María de Jesús López de Rojas. Josefina Rojas fue tía-abuela de la licenciada Milagro Rafaela Almenar Rodríguez que contrajo nupcias con Panchito Pérez Zamora. 

En nuestro amado pueblo ha estado cohesionado el apellido Rojas Lovera  El entronque en Villa de Cura origina otros apellidos, los Calles Rojas, Rojas Aponte, Avila Rojas, Rojas Carvajal, Jiménez Rojas, Rojas López, Almenar Rojas. Josefina fue tía del conocido comerciante Carlos Almenar Rojas.. Del  mismo ramaje es la notable educadora profesora Alvis Rivas Yusti. 

Como es bastante conocido en 1945 cambia la estructura política del país y con ello  la organización del sistema educativo venezolano. La maestra Josefina Rojas. obtuvo traslado para Villa de Cura. Su primer salón escolar lo comanda en el apacible territorio del Valle de Tucutunemo, en la hacienda del señor Genaro De Mayo, en jurisdicción del municipio Zamora capital Villa de Cura. Fue descrita como persona altamente religiosa dada a enseñar catecismo a sus alumnos,  acostumbrada a levantar altares de oración en las escuelas. Hablaba de Dios y platicaba con Dios.. A los representantes y alumnos atendía, aconsejaba, les tendía la mano.. Lo importante es que nunca perdió el gusto por escribir, de la inspiración de ese paisaje fue que salió su poema “Pozo Azul, capan de conmover  al viajero.  

“De altas montañas/ donde manan fecundas tus aguas puras/van sobre rocas cantando ufanas/ la gloria eterna de tu hermosura….

Besa tus ondas la brisa suave/silvestres galas luce la flor/ en el ramaje cantan las aves/y tu río pasa murmurador.

La insigne educadora y poeta ya acusando el paso del tiempo se establece de nuevo en Villa de Cura, se reencuentra con su gente, con el pequeño valle, con sus seres queridos.Ciertamente era difícil volver a viajar. Se vuelven a escuchar en los pasillos los pasos y las voces de la amada tía Josefina.

Por disposición del Ministerio de Instrucción Pública fue trasladada a la Escuela Unitaria Número 5 ubicada en la calle Páez este, en un inmueble que perteneció o pertenece a la señora Amelia de Reyes,  hoy en día casa de habitación de la señora Berta de Arias. Su meta fue cumplir con un proyecto que cruzaba en su mente como era la de laborar en una escuela  en el centro de la población, siempre concentrada en el pensamiento del padre de la Patria Las naciones marchan hacia su grandeza con el mismo paso que camina la educación”.   Enseguida se llenó la escuelita de alumnos de diversos sectores villacuranos, en especial de la barriada de Aragüita, el centro y la calle Páez.

Pasado un tiempo le fue conferido nombramiento por el Ministerio de Educación Nacional para integrar el personal docente de la Escuela Nacional Graduada Leopoldo Tosta, hoy “UEE Leopoldo Tosta”,  ubicada en la prolongación de la avenida Lisandro Hernández. Allí no solo se dedica al trabajo de aula, sino también a enseñar pintura sobre muralla y lienzo, teatro, danza, confeccionar uniformes para los alumnos y  cultivar el amor por la literatura. En este plantel  permaneció ejerciendo como docente hasta que fue acordada su jubilación en octubre de 1963, cuando completó 33 años de servicios a la educación nacional. Probablemente su trabajo literario quedó inconcluso.

A la postre se incorpora junto con otras educadoras a las actividades gremiales en la Asociación de Educadores Jubilados Seccional Zamora, la cual transcurrido el tiempo se convierte en AMEJUP, Asociación Nacional de Educadores Jubilados.

Por su contribución al campo de la educación y la cultura le fueron entregados premios y condecoraciones, entre los más importantes  figuran: Medalla Honor al Mérito por el Ejecutivo del estado Aragua;  Medalla por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), seccional Zamora; medalla Honor al Mérito por UEE Leopoldo Tosta, Placa de la Escuela de Artes y Oficios “Leoncio Martínez”. Con el nombre de “Josefina Rojas Lovera”  fue bautizado el anfiteatro de la UEE Leopoldo Tosta.

Pasó por nuestras manos una obra sin éxito para editarla titulada “Josefina Rojas Lovera Tejedora de Sueños”, escrito por las profesoras Luisa Arias Nelo y Albis Rivas Tusty en 1990, el cual  es un viaje por el sendero de su vida, disciernen las autoras sobre su colección poética, sus inquietudes, sus ideales, pero sobre todo su trabajo magisterial.

El nombre de Josefina Rojas Lovera fue escogido y oficialmente registrado por la Asociación de Maestros Pensionados y Jubilados “AMEJUP ZAMORA”, para instituir la “Orden de Honor al Mérito”, la cual tiene como objeto “Honrar la labor de Maestros y Profesores pasados al merecido  y honroso retiro de una aula de clases”.

Para reconocerle sus méritos de insigne maestra y personaje inmemorial,  en la Villa de Cura actual fue fundada una Unidad Educativa privada que enseña a la juventud villacurana desde Preescolar hasta 3er año de bachillerato, gracias a la visión de la destacada educadora villacurana Martha Fuentes de Martínez. En este plantel se aprende música, danza y actuación. Se  le colocó el nombre “Escuela Josefina Rojas Lovera”, En estos salones cursó las primeras letras Juan Pablo Carrasquel Bolívar, mi nieto. La sede de la escuela está ubicada en la calle Comercio frente al Salón Parroquial.. 

Que el Señor le de larga vida a la Maestra Martha Fuentes, por la constancia y sacrificios, y  que desde el cielo el alma de Josefina Rojas Lovera, intacta y venerada, les siga dando luces para que continúen iluminando caminos.

La maestra y poetisa Josefina Rojas quiso demasiado a la ciudad de Villa de Cura como si fuese la tierra suya. Tras tantos años dedicados a la formación de generaciones nuevas. Una tarde encontrándose desempolvando sueños “sufriendo de delicados quebrantos de salud y cuando la vida se escapa” (como ella escribe en una carta que tuvimos en nuestras manos) falleció en esta ciudad el 22 de noviembre de 1984.

Se le han rendido innumerables homenajes. Le fue conferido reconocimiento Post Mortem por la oficina de la Organización Nacional de Derechos Humanos (ONG) de Caracas. El viejo cementerio municipal al final de la calle Comercio guarda sus cenizas. Descanse en paz señorita Josefina Rojas Lovera..

Foto archivo de Prof. Milagro Almenar Rodríguez de Pérez 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís,su  tricentenario.

 


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