martes, 30 de julio de 2024

" PIRULÍ " Y SU FANTASIOSO MUNDO

 

Imagen referencial bajada de Internet

                                          Por Oscar Carrasquel

 

Nuestro modo de vida de antes era único, muy diferente como es ahora. PIRULÍ era un hombre común que nadie supo su verdadero nombre, nadie sabía de dónde llegó... Cuando hablamos de Pirulí, se trata de un sabroso caramelo artesanal de forma cónica con una paleta en el centro como una chupeta. Era el premio que el señor ruletero le daba como forma de pago a los niños y jóvenes que apostaban un centavo (cinco céntimos) por ganar en una ruleta con una fila de animalitos. 

En  los año 1948-50 en la vieja Villa de Cura llegaba en las fiestas patronales del pueblo, en Peregrinación y Semana Santa y se quedó entre nosotros. Salía temprano las tardes y se estacionaba  en una esquina de la plaza Miranda diagonal con el mercado viejo. Siempre transportaba una mesa rustica, un mueble y una rueda que la hacía girar igual a las manecillas del reloj. Parecía hipnotizado sentado o de pie ... Mientras estaba parado junto a la mesa sacaba puñados de un bolso lleno de caramelos.

Para nada le molestaba que lo  llamaran con cariño "Pirulí" o "pirilusero",  mote que se fue haciendo familiar entre los pequeños y adultos. 

Yo muchacho nunca le apartaba la vista de encima.. Tenía una clientela variada, sobretodo niños. Lo puedo resumir como un hombre ojos azules, barrigón, de andar pausado.. Unas  trenzas de pelo le colgaban de la frente, y la camisa desabotonada cubriéndole en parte  la panza. Tenía manos grandes y regordetas. 

Empezaba su faena de esta manera: "el que levante pierde" y le daba vuelta y vuelta a una ruleta . Afianzado en esta divertida labor se ganaba el diario sustento...José Manuel Morgado se introdujo en su mundo de trabajo,  me contó que se entretenía en la ruleta al salir de clase. 

Quiero compartir con ustedes amables lectores un poema que es un espejo del personaje, salido  de la pluma de nuestro  amigo  el poeta del pueblo José Manuel Morgado, seguidamente reproduzco sus estrofas.



Con su mesa-ruleta en la cabeza

 

y en la mano la silla,

 

Rumbo a la plaza, su figura obesa

 

es una viva estampa de mi Villa.

 

Su nombre entre la bruma

 

de los años pasados

 

de mi mente se esfuma

 

como el humo del tren sobre los prados.

 

Lo recuerdo: sentado, como un Buda

 

con su manaza regordeta y ruda

 

cansón, dándole vuelta a la ruleta

.

De ese tesón, con visos de desvelo,

 

a cambio de entregar en caramelos

 

lo que ella le marcaba,

 

Tan solo un centavo le quedaba.

 

Plantado en nuestra plaza, en una esquina

 

él le endulzó la vida a mucho niño

 

y mi pobreza a mí.

 

Así como él llamó a su golosina

 

Nosotros con amor y cariño Llamábamos a secas…Pirulí


J. M. Morgado tenía ingenio para expresar sus sentimientos de belleza poética. Ahora lo hace la sensibilidad y el estilo de la profesora Carmen Muñoz de González, Ella se encarga de investigar y escribe sobre Villa de Cura y su gente en interesantes crónicas. 

Después de pasados tantos años, solo me quedó de PIRULÍ  un lejano recuerdo que emerge de la memoria.  Hoy la crónica siente inmensa satisfacción en  evocar a este popular ciudadano.. Gracias al poeta José Manuel por contarme tantas anécdotas  sobre este ciudadano y  sus celebrados caramelitos, con los cuales endulzó la inocencia de tantos niños que habitamos la ciudad de viejo gentilicio.


Oscar Carrasquel.La Villa de San Luis, Tricentenaria,

ACRÓSTICO EN TU CUMPLEAÑOS

 



A mi nuera Milagros

                                Oscar Carrasquel


Mil violines al unísono

Irán a dibujar su melodía.

La noche se abrirá brillante 

Ante aquellos ojos vergeles 

Gotas de rocío brillan como luciérnagas

Rompiendo el silencio de la noche

O el sonido que desgarra una guitarra

Sintiendo el umbral de una nueva primavera.





DON RAMÓN RODRÍGUEZ UN HOMBRE NACIDO PARA EL JUEGO DE LOTERÏA

 


                                                 Por Oscar Carrasquel

 

En la Villa, en la idiosincrasia de sus habitantes hubo diferentes juegos de azar callejeros.  “RAMÓN El LOTERO” era como se le llamaba en vocabulario de cariño a nuestro coterráneo don Ramón Rodriguez. Tenía ganada fama en toda la zona central, pues poseía mucho conocimiento de las peripecias de un juego de lotería de animales. Que atañe a su trabajo. A su manera de vivir la vida.

 Desembocaba cualquier día por el sector de La Alameda. Habitaba la familia de Rodriguez una vivienda en el corazón del barrio Las Tablitas. Trabajaba con su lotería todos los fines de la semana. No había fiesta patronal y otras solemnidades populares y religiosas en que no estuviera presente con su ruleta este personaje.

 Un mesón de madera, una silleta, un termo con agua y dos lámparas a base de carburo, era todo el equipaje que siempre llevaba a cuesta don Ramón. La lotería cantada era una cantidad de bolitas con diversas figuras de animales dentro de un bolso de tela. Además, estiraba un paño de hule sobre la mesa dibujado con una fila de animales, cebra, león, elefante, tigre, sapo, conejo y otros. 

 Don Ramón era un hombre  trigueño, alto, grueso. Casi todo el mundo en la década de los 50 lo conocía en Villa de Cura y pueblos circunvecinos. Se le veía andar por los lados de La Alameda, metido entre una hilera de ventorrillos de exquisita comida  criolla y mujeres y hombres de bares, abriéndose paso entre aquella muchedumbre de parroquianos.

 No había entonces esa cantidad de casas,  edificios y puestos de buhoneros que existe ahora.. Desde la calle Comercio se podían fotografiar la plaza Bolívar, el antiguo Hospital Doctor José Rangel, hoy Residencias Médicas, y su hermosa sabana con su campo para jugar de béisbol.

 Ramón “El Lotero”, era un hombre muy serio pero con fama de jugador, andarín de pueblo en pueblo para mantener viva su oficio. En cualquier pueblo donde había celebración de fiestas patronales, allí estaba él, estacionado  con su lotería, se desplazaba a  San Francisco de Asís, Magdaleno, Ortiz, Parapara, el Sombrero y otros pueblos.

 Su puesto exclusivo en la villa era el callejón uno, hoy calle “Mateo Vargas", entre el Bar el Samán y la plaza Bolívar. Cuando la noche caía venía la luna con luz clara a acompañarlo, y se alumbraba con la destellante luz de dos grandes lámparas en los extremos del mesón.

 Se situaba como un buda al lado del tablero. A  su alrededor se apilaba un  grupo numeroso de personas. Era un hecho el inicio del juego dándole vuelta y vuelta a la ruleta con esta frase cortante y sonante: “!juego no más!”, y  la apuesta quedaba cerrada. Mientras de su clara inspiración salía esta cuarteta  con voz dura y cantante, que todavía resuena en mis oídos. 

                                                        ¡Me voy con la lotería

Pongan cuidado señores

Para que mañana no digan al bodeguero

Que Ramón el lotero no ha pagado! 


Algunas personas ahora se me acercan y me preguntan: ¿Desde cuándo pierde el que canta la lotería?. El Lotero, es quien entra en acción  con el  rastrillo en la mano cobrándoles a todos los demás apostadores. Cuando sale la bandera no cobra ninguno sino el ruletero.

Falleció don Ramón Rodríguez “El Lotero” en su natal Villa de Cura en 1952. Hoy, pasado tantos años, con mucho cariño  traemos su descripción. En la antigua barriada villacurana hablamos en una ocasión con su hija Teresita Pérez, lamentablemente ya fallecida, quien nos habló un poco de la vida de su padre.

También lo reconoce y  recuerda  don Nerio López, su vecino de la misma cuadra, en su tiempo jugador de béisbol junto conmigo. Relata Nerio que era un hombre feliz una excelente persona. Quizá sea Ramón El Lotero, este viejo roble,  uno de los personajes más nombrados de la zona a mediados del pasado siglo xx. Seguimos investigando para conseguir una foto del personaje con aquellos que leen estas líneas.

 Oscar Carrasquel . La Villa de San Luis, Tricentenaria

 Ruta de la imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRkKjoxfPQZKNiBjLqQyygkoQ7wJybvPP8HEjitrFJ_uP1FqN0h

 

domingo, 28 de julio de 2024

NARRACIÓN SOBRE UN HECHO ASOMBROSO. EN EL PUEBLO DE LA VILLA

                                        Foto referencial bajada de la Web 


                                                         Por Oscar Carrasquel


¿Han oído hablar alguna vez del ENCAMISONADO ? Lo define la lingüística como una figura de incursión nocturna... Desde tiempos antiguos era típico y frecuente, en los corrillos oír hablar de las andanzas del ENCAMISONADO…¡Ficción y realidad? Ciertamente relacionado desde siglos con el folclor venezolano. Nosotros lo supimos de tanto oírlo mentar durante los últimos años de la  década del  40 del siglo XX, cuando la Villa de San Luis de Cura era un conglomerado pequeño.  Era muy común escuchar en conversaciones caseras; en un salón de barbería, en las bodegas, incluso en el mercado, sobre los cuentos de fantasmas y aparecidos. Se decía de manera común que en determinado sitio salía un difunto, se hablaba de espantos, de duendes,  del ánima sola. La mayoría de la población aprobaba su existencia, pero había otro sector que siempre expresaba sus dudas.

Cuando yo estaba de once años de edad, más o menos, se sintió en la vecindad una alharaca de gran revuelo, se decía que bajo la espesura de un árbol de samán salía en la alta noche un espanto. Unos decían que se trataba de un alma  en pena,  de demonios. La  noticia  circuló a lo largo y ancho del pueblo desde la hora cuando cantaba la pavita, hasta en las noches antes de dormir.  

Se contaba que cualquier día  de 11 y 30 a 12 de la noche, favorecido por la luz de luna, alguna persona observaba a una figura con rasgos humanos, todo de negro, con un pañolón alrededor de la frente que lo cubría, menos los ojos, y que a medida que avanzaba el espectro iba aumentando su tamaño, hasta alcanzar más o menos dos metros y medio, y  a esa hora lo veían que saltaba como un canguro la cerca que dividía  dos solares; desde ese momento le endilgaron el cognomento de EL ENCAMISONADO, Fue llamado también "el iluminado" que espantaba.  Buscaron a una persona que ensalmaba, de esos que alejan los espíritus enemigos, y al pie del samán colocaba velas encendidas toda la noche. El Cura que buscaron no quiso ocuparse de echar el agua bendita, se excusó diciendo con gesto amable que eso era superstición.

En aquellos días, eso del ENCAMISONADO fue motivo de muchos miedos y comentarios en el vecindario y fue  base de conversación entre grupos de mujeres y hombres. En mi época de infante se nos impedía sentarnos con los mayores, incluso ni siquiera pasar  por el medio cuando conversaban ellos, ya que era reprobado y el muchacho era objeto de una reprimenda.

Yo por supuesto  sabía el reglamento, pero como muchacho es muchacho, me asomaba sigilosamente por la abertura de una cortina que había en la puerta de la habitación, y ponía atención a la conversación de los presentes. Un día en la mañana se acercó a casa, una señora con fama de conocer todo lo que pasa en el vecindario, que en su vagar  visitaba casa por casa. Era la doña portadora de una primicia de esas que quedan en la memoria de un niño. 

Resulta que según una pesquisa cumplida por los mismos vecinos habían descubierto que el  ENCAMISONADO era un ser de nuestro paraíso terrenal que tenía la costumbre de andar de incógnito por aquellos solares, utilizaba unos zancos  que lo hacían aumentar de tamaño, brincaba una empalizada de cuatro pelos de alambre, a decir de lo expresado por la dama, “a coger maíz en conuco ajeno” y  agregó "por muchos sitios hay  encamisonados".

      ---Vieja!...No te has enterado que el tan nombrado ENCAMISONADO, es fulano de tal que “afila su hierro en piedra de amolar ajena” (Y. Tovar)

En ese tiempo, yo era un chaval de los que ahora llaman “pila”, pero aún así era inocente para comprender la metáfora manejada por el lenguaje de la visita.

Un día de esos me estaba afeitando en una modesta barbería por los lados de casa en la calle Sucre, cuando se acercó un noble carretero  mascada  tabaco en rama, soltando salivazos por por los rincones, saludó y se arrellanó en una de las silletas. Aficionado el simpático viejito a narrar historias libidinosas y otras situaciones. Ya sabía lo del ENCAMISONADO y  relató la historia completita, pero en un lenguaje sencillo, fue así como yo llegué a comprender la cuestión. 

Nuestro día a día está lleno de estas estas cosas. Harán varias décadas  de esta historia cuando una gallina se compraba  por el precio de un bolívar y te daba dos huevos de ñapa; y el lechero dejaba los potes de leche de puerta en puerta, y el panadero la bolsa de cinco panes. Como dije antes, son cosas que van quedando en la memoria y ahora uno las echa a rodar para aquellos que no lo vivieron. 

 Oscar Carrasquel La Villa de San Luis/ 2024

Foto de la Web aportada por Ramón Alfredo Cornuel

 

miércoles, 24 de julio de 2024

JÚBILO POR EL CINCUENTENARIO DE LA ASOCIACIÓN DE EDUCADORES JUBILADOS

 


Por Oscar Carrasquel

Hay días que uno se siente abatido, naufragado y triste; en cambio hay aquellos que son de furor  de mucha alegría  y el corazón se abre como  pétalo de una rosa de cayena. Es como una fiesta espiritual que nunca termina. Hoy fue un día de agradecimiento elevados a Dios, el cual es el verdadero representante protocolar del arte de vivir.

Quiero expresar  con franqueza a nombre del blog mi agradecimiento a la dirigencia de  AMEJUP - ZAMORA, por la invitación para asistir a las actividades programadas por este centro representativo de los educadores jubilados, que el día 21  de julio celebró sus Bodas de Oro de haber sido creada por la profesora Lourdes Cáceres de González, en conjunto con otras educadoras.

Digo nostalgia porque en este acto seguramente se encuentran algunas precursoras de ese logro, aguantando la soledad  por la ausencia de otras pioneras que ya no están, porque se nos fueron de la vida terrenal, entristeciendo de luto  el corazón, específicamente de sus colegas y solidarias amigas. Este 24 de julio obligatoriamente me vino al recuerdo unas educadoras ilustres como Priscila Bolívar de Izzo, Ligia Montenegro de García, Melicia Nieves de Tejada y Cira Esaa de Ramirez, y de mi maestra de cuarto grado de primaria Martha Ceballos de Martínez.

El papel de esta organización es impulsar entre sus asociados la actividad gremial y proyectar la cultura, la educación física, el deporte y otras acciones como la danza y  el arte folclórico. No se imaginan el encanto del corazón  cuando a uno le pasan cosas agradables, como la de encontrarme reunido en la misma mesa con  mi querido amigo  hermano Inocencio Adames y su esposa profesora Maribel Ovalles, directora de la academia de baile y Gimnasio LE TU TU.

Es muy significativa la educación que recibimos desde la niñez los seres humanos, de parte de nuestros inolvidables y siempre respetadas maestras, que a lo largo de la vida tuvieron que estudiar  y después de una cultura amplia,  de mucho sacrificio y esfuerzo, enseñaron  a otros a  transitar el camino correcto.  

Como tan importante es saber que, estas ductoras de la educación no se quedaron estancadas, sino que después de ser jubiladas por tantos años de servicio; se puede decir que, con sabiduría y optimismo se arriesgaron a crear esta institución llena de voces que como dije al principio arribó hace tres días a su 50 Aniversario.

No me quería perder el discurso del Orador de Orden, las palabras emotivas que expuso  desde el corazón  el común amigo Inocencio Adames, este incansable trabajador por la cultura, hecho de talento, que subió a la tribuna de oradores con voz vigorosa, cargado de pedagogía, de historia, literatura y con un sentir de poesía.

Habló la presentadora del Orador de Orden profesora Milagro Almenar de Pérez, también la directora de AMEJUP ZAMORA  Jurima Martínez y la directora de AMEJUP- ARAGUA.

Hija mía profesora Gilda Carrasquel, nos queda ahora felicitar a este grupo de tus colegas, a las maestras homenajeadas, que por su trayectoria en el campo de la educación han sido galardonadas hoy con la respectiva Orden Josefina Rojas Lovera. Aplaudimos sin cesar a las maestras premiadas Carmen Vargas de Torres,  Ramona Rodriguez  y Xiorella Saldivia. 

Hay un detalle que no puedo dejar de escapar.  En la misma mesa de invitados espaciales estaba un discípulo de Freud Alexis Guevara Pérez, productor de la radio. Y también la viuda del siempre recordado don Juan Noguera... Yo en ningún momento le retiré la mirada a un estandarte o un retrato al óleo,  con el rostro de la insigne maestra Josefina Rojas Lovera.  El premio instituido trae el nombre de  la célebre educadora  y en su discurso, Inocencio Adames hizo una descripción exacta y profunda de esta personalidad, de su travesía en la educación y la poesía.

Una Unidad Educativa privada  en el centro de la ciudad lleva orgullosamente su nombre, la referida institución fue echada a andar con intensidad  de amor por la maestra Martha Santana de Martínez. Por cierto, el acto cultural  contó con la presentación del Grupo de baile de Danzas Caribay, que simboliza una sola familia. 

La maestra Josefina Rojas Lovera  fue una bella dama en tres importantes dimensiones, la vocación por la docencia, donde se quedó por más de 30 años.  En el estado  Apure y en el centro del país es recordada por su importancia en el arte de la poesía, y precursora de una obra humanista hasta el último aliento de su vida.

Gracias por la amplitud de las atenciones. Insto a la directiva y a sus miembros a seguir luchando por esta causa, por la conservación y  mejoramiento de esta casa de vieja época sede de AMEJUP ZAMORA; por esta institución ejemplo de educación, para que Dios dador de vida y celador de bienes con la Virgen  María los ilumine siempre.

                                Oscar Carrasquel La Villa de San Luis Tricentenaria.

24-07-2024

martes, 23 de julio de 2024

MOISÉS RONDÓN UN JOVEN EXPONENTE DE LA MÚSICA LLANERA

 

                                                    Moisés Rondón. Foto archivo del blog


 Por Oscar Carrasquel

 

Volvemos con el tema de la música llanera con más alas que un garzón soldado, la idea es traer  a este dinámico cantador que se se oye muy a menudo. Nos dimos cita en los cómodos asientos del autobús que llevaba a los miembros de nuestro círculo para Caracas. Quisimos conocer su dimensión artística y humana. 

Moisés Rondón Guevara es el nombre de pila de este artista que se ha hecho un villacurano adoptivo, aunque siempre luce sombrero típico llanero.  Es conocido en la mayoría de los escenarios como Moy Rondón. Su mamá se lo trajo tempranamente a Villa de Cura a la edad de dos años. Su terrón nativo es la población de Tinaquillo, capital del municipio del mismo nombre, estado Cojedes, nació  el 29 de agosto de 1978, sus padres son oriundos  del vecino estado Guárico, de la ciudad de Valle La Pascua, nació de la unión de don Manuel Rondón con doña Dora Josefina Guevara. El joven Moisés Rondón pertenece a la nueva generación de amantes de la poesía que se levantan en el escenario con altivez. La música la traía muy adentro del alma.

Se hizo cantante y compositor emblemático que ha recorrido el mundo musical a través de sus grabaciones, además rodando en las Redes Sociales. Canciones escritas por este cuasi hijo de esta tierra a la cual le ha ofrendado verdadero cariño. Algunas están asociadas con el gentilicio de un pueblo muchas veces olvidado.

Tenemos una millonaria  herencia de autores, músicos y cantadores del joropo llanero  en el perímetro territorial del municipio Zamora, nacidos o radicados desde hace tiempo en este solar,   agrupados  en una asociación que se denomina Círculo de Autores y Compositores de Zamora CAUZA PC. Don Lucio Seijas, cantante y compositor de la llaneridad guariqueño, que funge como precursor de este círculo de acervo cultural y actualmente presidente de la Junta Directiva, de la cual Moisés Rondón es miembro de la mencionada Junta Directiva.  En la actualidad  se ocupan de coordinar y disciplinar los cursos  relativos a  la inscripción de nuevos socios  de CAUZA  PC y  SACVEN. Rondón en su vida privada es un hombre de negocio, cabal, de palabra

Una de sus composiciones estelares que corresponde al personaje de la crónica, es un homenaje a nuestra Tricentenaria ciudad el cual se titula “Villa de San Luis de Cura”, con música del folclore llanero en  tiempo de Periquera. . Se trata de un tema folclórico urbano escrito con visión de lo antiguo pero también de lo moderno. Rondón es autor de numerosas y muy sensibles piezas de la música nacional, con la cual ha trascendido. 

El tema se ha popularizado en el ambiente con el nombre de  La Máquina del Tiempo”,  la hemos  disfrutado en video difundida por los diferentes medios;  ha venido sonando en todas las Radio emisoras de Villa de Cura, se ha dejado  sentir en las Redes Sociales, especialmente en el canal de YouTube, en  donde se le añadió  el simpático slogan  “Moy Rondón, lo más criollito del mapa"  y en la plataforma Facebook con el aplauso de una innumerable cantidad de seguidores. que  lo hace encumbrar cada vez más alto.

También ha sido la llanura venezolana de donde han salido muchas de sus composiciones. Cuántas veces no se habrá tendido sobre la colcha de sus verdes sabanas contemplando el cielo azul, los palmares y su horizonte infinito para que brotaran las letras y acordes de sus canciones.

Moisés Rondón. es un hombre humilde,.no tiene empacho en cantar tanto en festivales populares como en el desarrollo de una vendimia con fines altruistas o en unas de las alegres  celebraciones de la calle Páez y de la calle Sucre. En SACVEN tiene protegida toda su producción.  La inclinación musical arranca desde su infancia en La Villa. A corta edad se apasionó por tocar del cuatro venezolano, y  aprendió a tocar los capachos con las agrupaciones.

El motivo de su inspiración  han sido el llano, lo ha recorrido musicalmente. Igual su sentir villacurano . De su mente brotó esa emblemática canción titulada “Villa de San Luis de Cura. Ampliamente conocida también  como La Máquina del Tiempo”, un tema  rico en poesía y con bastante sabor a pueblo.

El autor se va estacionando en cada uno de esos rincones y va a encontrarse con sus vivencias y con su leyenda rescatando un cúmulo de hermosas tradiciones, exalta al hombre de trabajo, no se le escapa el vendedor de perro caliente; cita  lugares como el cine Ayacucho, la calle el ganado, el fotógrafo José Girlando, nombra a la Romana; el trabajo de los talabarteros, la  bodega de Régulo; las arepas de Teresa Sojo;  hasta cuando llega imaginariamente a la Plaza Miranda lleno de reminiscencias. 

Este  joven ya se ha dedicado a componer un buen manojo de canciones venezolanas,  ha tenido una estimable carrera. Ha sabido sacarle provecho a la poesía. Entre su variada producción  se encuentran los temas: De San Juan a La Villa”, en la cual deshoja todos los sitios que fue encontrando a su paso le siguen “Dora Josefina”, un homenaje a la madre;  “Entre el Guárico y el Apure”,  nos muestra el paisaje de dos estados en un viaje.

“La historia no los olvida”, tema conque recuerda a los indigentes y orates de La Villa antigua; “Alfa y Omega”;  un homenaje a su pueblo de origen y nombra el villorrio aragüeño que lo ha visto crecer. “El Coleador Luís Rodríguez”; expresa el dolor por un coleador  que falleció a los 18 años; “La Llanura habló a mi alma”; al lugar de su amados ancestros; “Valle de Tucutunemo”, en honor a estas pujantes tierras de tradición agrícola y pecuaria.. Indagando su repertorio los temas mas recientes de su producción llevan como titulo:  "Hablando con mi Niñez""Si es fiera también soy fiera"  y  "Mi ultimo  pasaje".

La latitud geográfica de Villa de Cura ha sido de mucha tradición folclórica, cantantes, poetas y músicos del folclor llanero, de gente nacida acá en la villa y fuera de su territorio, que a través de la copla han sabido revivir su pasado y pesquisar su presente y su idiosincrasia, inspirados en este magnífico alero de belleza y esplendor que se llama Villa de Cura. 

En este sentido queremos rendir este pequeño homenaje como tributo de reconocimiento a este joven cantante y compositor, que ha sabido recrear su dimensión espiritual en           este pueblo villacurano,  el de ayer, de hoy y el de siempre.

 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, Tricentenaria

Colaborador con la edición Ramón Alfredo Corniel

 

jueves, 18 de julio de 2024

¿ PARA QUE SIRVEN LAS ESTATUAS ?

 

     En 1972 llegó la estatua, intacta la espada, montada en su pedestal en la Plaza Bolivar de la ciudad

 Por Oscar Carrasquel

 

Las estatuas mueren de inercia, lentamente, ellas que son símbolo de libertad. Uno se queda estupefacto que a estas alturas haya todavía gente que llega a ignorar para qué son las estatuas, o no conocen que estos blasones de bronce son para honrar la memoria de los hombres de la patria llenos de gloria,  no tienen formación, desconocen la utilidad de una Plaza y de la efigie que la engrandece

En 2018 le fue arrancada la espada que sostenía en su mano derecha el monumento del Padre de la Patria en la Plaza Bolívar de Villa de Cura. Quizás los que practican esta clase de hechos ignoran que, una estatua para parecerse a una persona viva, lo que le falta es apearse y meterse otra vez la patria dentro del pecho.

En aquel entonces oímos en un acierto de nuestro amigo  profesor Antonio Cabanillas Yepez,  Cronista Oficial, según la cual la autoridad municipal del momento se interesó en la restitución de la espada, con el fin de reparar el maltrato dejado por los iconoclastas, trabajo que fue realizado por Fundiciones Zenini.

Por diversas vías me he enterado que fue repetida la acción de romper la espada una vez más, por personas empeñados presuntamente en hurtarla. La acción es facilitada  desde luego por la falta de protección de la plaza. Ya se sabe cómo viene  la muerte de las estatuas. 

Refrescando reminiscencias, recuerdo que el año 2017 arrancaron  el busto del doctor José Manuel Manzo, esclarecido médico castrense, prócer de nuestra independencia y epónimo de una céntrica calle, que se encontraba al finalizar la calle Comercio de Villa de Cura, en una intersección o callejón adyacente al viejo cementerio municipal.

Hace algún tiempo desapareció de la plazoleta situada al lado izquierdo de la Iglesia San Luis Rey de Villa de Cura, el cofre suspendido por las garras de un Águila Real, que guardaba aserrín de la hacienda San Pedro Alejandrino de Santa Marta, lugar que para los colombianos es un Santuario muy venerado, porque  allí fue donde expiró el Libertador; quedando el ultraje representado  en la mutilada columna de mármol que la sostenía, a los ojos de todo el que nos visita y transita por la céntrica avenida Bolívar.

Abandonada,  la vez que la visitamos el año 2018 (si es que no ha sido reparada) una escultura erigida en una plazoleta en la población de San Francisco de Asís, pueblo perteneciente a nuestro municipio, en homenaje al médico y humanista, oriundo de Calabozo, estado Guárico, doctor Félix  Rattia, Que dicho sea de paso, todo su servicio y saber científico lo dio, tanto en Villa de Cura como en San Francisco de Asís. La primera afrenta fue la decisión hace años, de gente rústica, que ordenaron embadurnarle el rostro con pintura y brocha gorda, una acción que se transforma en falta de formación y respeto.

En ciertos países son celosos del culto que se profesa al Libertador. En Ciudad de México fue inaugurado un monumento ecuestre, en una inscripción del pedestal dice: “Nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Libertador de América”. Del discurso pronunciado en la inauguración por el poeta Andrés Eloy Blanco, resumo una de sus reflexiones: “Lo que les falta a una estatua para ser hombre, es precisamente lo que le sobra a los hombres para no ser estatua”. 

Desde mi pluma enfocado en lo que veo digo que muchas personas, entre los que me cuento, muestran preocupación por el cierre con rejas de una entrada y salida de la Plaza Bolívar, impidiendo el libre tránsito peatonal, lo que hace acrecentar la soledad del lugar. 

 Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, Tricentenaria

 Foto tomada, corregida, por Ramón Alfredo Corniel

 

miércoles, 17 de julio de 2024

MARCANDO EL TIEMPO

 

 

 MARCANDO EL TIEMPO

         


     Oscar Carrasquel





Desplegó las alas

Como las agujas de un viejo reloj

Inauguro uno más de estar

Que me ha regalado Dios.


Nunca es tarde para seguir

en este divertido pasatiempo

Andando a la par de otras vidas


Vuelve el árbol a florecer

recambiando las hojas secas

caídas en otoño


La aurora me enseña el paisaje

Me asomo a la ventana

a mirar el cielo de nubarrones

A dar gracias a la Providencia

por tanto tiempo elevando ancla


Leo el libro más reciente 

de mi poeta favorita

hasta la última página 

Me gusta explorar música vieja

y el corazón columpie de alegría  

Gozo con el susurrar de la lluvia

Y no me asusta el zumbar de la centella


Por locuras he reído,

y no pocas veces,

he vertido lágrimas para adentro 


Camino el parque 

arrastrando las hojas secas

sin asomo de cansancio 

Como un molino con poca brisa


Girando despacio por las avenidas

Igual a los astros 

cuando se abrazan a la noche


Me encanta escribir poesía,

de aquellas cosas hermosas

que nunca desaparecieron


Procuro mirar la belleza de lo antiguo

Abrir las puertas del tiempo que se fue

Leo el "Credo" de Aquiles el bardo 

Creo en la amistad sin mácula


Nadie camina  la vida

sin haber errado

Pretendo abrir el camino 

A los que vienen detrás.


                                27-07, en invierno   

 

 

martes, 16 de julio de 2024

LA CALLE SUCRE TIENE POTENCIAL HISTORIA EN ESTA ARTERIA VIAL NACE EL CINE SUCRE.

 

                                                          

               Edificio Pineda, ultima sede del Cine Sucre. Foto Ramón Alfredo Corniel


Por Oscar Carrasquel


Según aquellos individuos que escriben la historia, la primera proyección de cine que se realiza en Venezuela fue en la ciudad de Maracaibo el 11 de julio de 1896. En la Villa de San Luis de Cura existieron  cuatro cines “El Corralón”, cine “Ayacucho”, cine "Central" y  cine “Sucre”. En nuestro querido pueblo se proyecta por vez primera una película en el cine “Apolo”, el cual existió en la segunda década del pasado siglo XX.

Villa de Cura  luego de muchas transformaciones, viviendo en pleno siglo XXI, ninguno quedó con vida. El espectador que tenga afición por asistir a una buena sala de cine y quiera llevar a sus muchachos, debe viajar al Centro Comercial. Los Aviadores, que es lo que le queda más cerca.

Uno que nació y crecimos por por estos lados, que conoce la calle, se atreve de dar a conocer su pasado reciente..La calle Sucre es un potencial de vidas humanas amables, allí nació este símbolo de diversión  conocido como Cine Sucre. Fue inaugurado  el 19 de marzo Día de San José de 1953, cuando nosotros apenas eramos unos zagales. Con sus proyectores colocados en un caserón parecido a un largo corral, con portón Santa María, ubicado en la icónica calle a una cuadra de la esquina “Los Albañales”, cruce con la calle doctor Rangel. Hoy es un terreno baldío sin un fin productivo. 

Cada noche presentaba películas mexicanas y del oeste, de procedencia italiana,  como también de corte romántico, Recordamos haber visto allí  una película titulada “Lo que el viento se llevó” protagonizada por Vivien Leigh y Clark Gable. Interesante porque en cada una de estos films hay una historia de amor diferente. En una conversa que sostuve me cuentan que la primera película que proyectó este cine, pasadas las 7 de la noche, fue una  titulada “Allá en el Rancho Grande”, con Jorge Negrete y Lilia del Valle. En el film canta Jorge Negrete el corrido que tuvo más dominio en la música mexicana. Y otra gran figura como  Pedro Vargas.

Este cinematógrafo que marcó pauta en una época fue traído a la villa por el visionario  José Tomás Ojeda, esto fue antes de que este señor entrara al Concejo Municipal. Inmediatamente le dio el nombre de Cine Sucre. José Tomas Ojeda, oriundo de San Fernando de Apure fue un comerciante emprendedor, empresario de cine, tuvo salas de cine en Apure,  Yaracuy, Carabobo y Aragua.   Hombre inteligente, que conoció de cerca el progreso de la ciudad. Unos años más tarde ocupó la presidencia del Concejo Municipal de  Zamora, indudablemente realizó las mejores obras de infraestructura en beneficio de la colectividad villacurana, aceras encementadas y calles pavimentadas.

Llegó un momento que el cine fue mudado, inaugurado en su nueva dirección, en la calle doctor Morales, a pocos metros de la calle Miranda en lo que se llamó Edificio Pineda, Todavía está de pie su estructura. Algo que muchos no saben, es que José Pineda y José Tomás Ojeda fueron hermanos…Desde que abrió sus puertas en esta nueva dirección, públicamente lo empezaron a llamar “Cine Pineda”. Pero la realidad es que nunca cambió de nombre; su nombre original seguía siendo Cine Sucre.

Se convirtió en el cine  visitado por el conglomerado villacurano que le fue agarrando gusto. Cómo no recordar las películas de “Viruta y Capulina” y de Walt Disney, que en horas de la tarde de un domingo, pasaban especialmente para niños. Había un día de la semana que la entrada era a mitad de precio. Los carretes de películas los traía diariamente desde Caracas en el cajón de un carrito “por puesto” del señor Rafael Êxime.

Una persona de mucha confianza del señor Ojeda  fue el operador de cámara, llegaba todos los días desde Güigüe donde estaba radicado. El mismo que le dio clase y enseñó a los jóvenes  Francisco Ojeda y Julio Pineda, ambos primos, para que aprendieran a pasar películas.

El salón tenía dos localidades, “preferencia” con sillas tapizadas; butacas que seguramente supieron de cariños, besos y juramentos de amor; y un ambiente más abajo llamado “patio”,  pero los cinéfilos eran vigilados y el publico muy ordenado… Durante la década del 60 del siglo XX era frecuente que la colonia italiana de emigrantes llenara la sala para disfrutar de las cintas mas recordadas del séptimo arte italiano, con apariciones de Anita Ekbert, Federico Vallina y Vittorio de Sica,  como célebres figuras del cine universal.

Según pude saber la cartelera con indicación de las películas de la semana se imprimían en la “Tipografía Morgado”, para ser entregados de casa en casa por Francisco, el hijo de José Tomas. Los cartelones que anunciaban las películas de estreno;  ellos mismos, padre e hijo, lo colocaban en los postes, en las esquinas de la calle Miranda y calle Bolívar.

La existencia del cine Sucre no fue tan larga, se mantuvo con vida durante 13 años consecutivos, ubicado en dos direcciones, primero dos años y medio en la calle Sucre y el resto en la calle Doctor Morales. Crecía al ritmo de la ciudad. Nunca se sabrá por qué  cerró sus puertas de forma definitiva. Sucumbió en 1966. Una sala de diversión la cual escribió una historia singular para siempre recordar. La familia del señor José Tomás Ojeda se encargó de rescatar los viejos proyectores, que posteriormente fueron donados al Museo de Tradición “Inocencio Utrera”. Quisimos mostrar una fotografía de estos equipos. Agradezco a mi amigo ing. Agrónomo Francisco Ojeda sus reflexiones y comentarios.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.

Auxiliar para recabar información y fotos Ramón Alfredo Corniel

 

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